El mundo ha estado desequilibrado desde sus inicios: hombres y mujeres no han tenido nunca los mismos derechos, en parte, debido a la creencia de la superioridad del hombre frente al resto. No obstante, se ha intentado compartir espacios, vivencias e ideas a favor de la igualdad entre ambas partes. Pero, ¿en qué consiste el liderazgo femenino y cómo podemos implementarlo en el lugar donde trabajamos?
Qué es liderazgo femenino y cuáles son sus barreras
El liderazgo femenino, a grandes rasgos, es la forma de dirección en la que escuchar, empatizar, comunicar y trabajar en equipo son fundamentales para ejercer una buena actividad. Así lo definieron sus primeras autoras en el siglo XX, Marilyn Loden, Sally Helgessen y Helen Fisher. No obstante, debemos reconocer que el término en sí es algo complejo y su consolidación en las sociedades actuales es algo difícil de definir.
El liderazgo femenino es aquel liderado por mujeres que busca, entre otros objetivos, entender al usuario y empatizar con él. Siempre se comenta que, en sí, los rasgos del liderazgo tradicional (masculino) son complementarios a los del femenino. Los primeros se caracterizan por tener el sentimiento de conquista, la resolución racional de los problemas, evitar emociones o la competición. Además, hay que añadir que catalogar ciertas características como femeninas o masculinas es algo machista y sexista, por lo que deberíamos empezar a disolver este tipo de pensamientos.
Si bien ambos podrían convivir perfectamente en la sociedad, esto no se ha hecho y ha supuesto grandes barreras para las mujeres en el ámbito laboral. Las más conocidas son:
Techo de cristal
Se trata de barreras que impiden a las mujeres alcanzar puestos de trabajo o en la sociedad de una gran responsabilidad, como puede ser una jefa de departamento o ser presidenta de un Estado.
Techo de cemento
A diferencia del techo de cristal, aquí las mujeres tienen la autocreencia de que sus posibilidades de desarrollarse profesionalmente son inferiores a la de los hombres. Se genera aquí la profecía autocumplida.
Síndrome de la impostora
Se genera falta de autoestima y confianza para tener puestos en los que los hombres tradicionalmente han estado trabajando, por lo que aumenta la falta de seguridad y condicionada por el aprendizaje social y estereotipos.
Old boys club
Concepto para referirse en la que los cargos elevados masculinos de las empresas tratan de rodearse de trabajadores del mismo género (también masculinos). En este sentido, la posibilidad de la mujer para crecer es menor.
6 consejos para impulsar el liderazgo femenino en tu empresa
1. La igualdad de género debe estar a pie de cañón
Es normal que en los últimos años la mayoría de empresas (y la sociedad en general) se hayan percatado de la situación desfavorecida de las mujeres, por lo que han empezado a formar e informar a sus trabajadores de lo necesario que es la igualdad de género en sus puestos laborales e implantar planes de igualdad. Que no te dé miedo a hablar de ello abiertamente, pues es muy necesario que esto ocurra y lo empieces a hacer desde ya.
Que el 30% de los trabajadores sean solo mujeres, no construir equipos mixtos o que el salario sea levemente inferior al que ejerce otro hombre genera muchas dudas sobre las políticas de igualdad de género de esa organización. Este será el segundo consejo que te daremos.
2. Políticas de igualdad de género, caves en los Recursos Humanos
El equipo de Recursos Humanos junto a varias personas de la empresa (incluyendo obviamente mujeres y hombres) deberán ser claros con los objetivos a establecer y las metas que se quieren lograr en cuanto a igualdad. Como ya hemos dicho, aplazar este proceso sería quitar margen de mejora y muchas personas (sobre todo mujeres) se inclinen por abandonar la empresa debido a las pésimas condiciones laborales ejercidas sobre ellas.
3. Implica tanto a hombres como mujeres
Esto no es algo que deba participar solo las mujeres, sino también los hombres. Recordemos que estamos en una empresa donde habitualmente conviven ambos género. Esta convivencia debe ser digna, respetada y a favor de ambas partes.
La diversidad de género debe mirar por el beneficio familiar, empresarial, salarial, social sin afectar el valor que entregamos a nuestros clientes.
4. Toma las mejores referencias
Haz formación, invita a eventos presentados por ellas y haz que propulsen el cambio gracias a los mejores referentes. Si crees que un cargo superior femenino puede liderar mejor que uno masculino, no te cortes. Recuerda lo establecido en los objetivos y cómo de beneficioso puede ser para tu entorno laboral.
5. Cuenta con ellas
Deja que sean ellas las que lideren su trabajo y que se empoderen para impregnar la empresa de valores igualitarios. Si tu empresa no cuenta con una política bien arraigada, posiblemente necesitarás mucho la ayuda femenina.
Toma referencias de mujeres influyentes en tu sector en el país en el que vives, seguro encontrarás rápidamente muchas de ellas.
6. Formación e información
No solo a charlas, convenciones, reuniones o conferencias, sino también a formación pagada o de interés que implique a TODO el personal de tu empresa. Recuerda que no todos han tenido la misma posibilidad de recibir la misma educación, ni se ha educado en los mismos valores.