Cuando una empresa decide poner en marcha su negocio, generalmente puede optar por dos modelos empresariales diferentes: por ofrecer productos más baratos que su competencia o llevar a cabo una estrategia de diferenciación de su marca.
Si bien la primera de las alternativas es relativamente sencilla, pues “solo” consiste en vender a un coste inferior que nuestros rivales, la segunda alternativa es mucho más complicada. Todas las empresas quieren ser diferentes, y esto mismo es lo que lo hace realmente difícil de conseguir.
Por eso, vamos a intentar ponerlo más fácil. Estos son solo algunos consejos para diferenciarte de tu competencia y que así tu marca no pase desapercibida.
Traslada tu pasión a tu marca
Los gurús empresariales siempre aconsejan convertir una pasión en tu trabajo principal. Si eres capaz de transmitir tu entusiasmo a la marca, los potenciales clientes verán que lo que tú haces es diferente a la competencia, y lo más probable es que te elijan a ti.
Hay multitud de casos de éxito que han predicado con esta máxima: Steve Jobs, Richard Branson, Mark Zuckerberg, Elon Musk, Jeff Bezos… Todos ellos son o fueron auténticos apasionados por su trabajo que, de una manera u otra, han querido cambiar el mundo trasladando su pasión a su marca. Y en algunos casos, se puede decir que lo han conseguido.
Convierte lo que te falta en una ventaja
Las empresas que quieren alcanzar ventajas competitivas buscan fórmulas que nos aporten ese valor añadido que les falta a la competencia. Sin embargo, en un mundo con tanta competencia como el actual, es difícil (sino imposible) encontrar rasgos que nos diferencien de los demás.
Pero, ¿y si nuestros puntos débiles detectados en un análisis DAFO fuesen esas señas de identidad que nos faltan? Cola Cao siempre ha sido un ejemplo perfecto. Su falta de homogeneidad, que debería ser su marca diferenciadora, en realidad crea unos grumos que son la delicia para sus consumidores. O Harley-Davidson, que ha convertido sus incómodas vibraciones en su verdadera razón de ser, una marca que sus incondicionales incluso se tatúan en sus brazos.
Combina categorías de productos
A veces, los productos más útiles son aquellos que han surgido después de combinar categorías de productos o conceptos más sencillos, pero que solucionan una necesidad de la que quizá nadie se habría dado cuenta antes.
Este es el caso del Chupa-Chups, que nació al unir una bola de caramelo con un palo; o la fregona, que es la unión de una bayeta con un palo más largo, y que evitaba que la gente que los usaba tuviese que agacharse. Por cierto, ambos son productos españoles, así que podemos decir que somos pioneros en esta estrategia de diferenciación.
Escucha a tu alrededor e intenta dar una solución
A veces, la solución es tan sencilla como escuchar a tu alrededor para detectar una demanda insatisfecha. Si esto ocurre, por lo general quiere decir que no hay ninguna empresa que ofrezca un producto que satisfaga esa necesidad.
Por ejemplo, imagina que alguien se queja de que no sabe en qué bares puede ver el fútbol los fines de semana. Si esto ocurre, puedes idear una app sencilla en la que cualquiera pudiese informarse sobre ello y lanzarla al mercado. Cuanta más gente se queje de ello, más probabilidades hay de que tu marca pueda diferenciarse.
Piensa en un mundo local, y no global
Cuando pensamos en diferenciación, en realidad estamos pensando en un mercado global. Sin embargo, en la mayoría de estrategias de branding, lo más sencillo es diferenciarse a nivel local, con una demanda mucho más reducida.
Por ejemplo, si en tu ciudad no existe todavía un restaurante japonés, puedes ser el primer establecimiento en abrirlo y así diferenciarte de la competencia. De hecho, el caso de los bares y restaurantes son dos caso paradigmático de demanda insatisfecha a nivel local.