Un buen análisis de riesgo financiero debe evaluar la probabilidad de que ocurra una amenaza así como su posible impacto. De ahí que sea vital hacer una correcta gestión de riesgos. El cálculo de los riesgos financieros no es nada sencillo, ya que cada riesgo puede encadenar una serie de efectos adversos para empresa.
¿Qué tipo de riesgos podemos encontrar?
Para comenzar un análisis de riesgo financiero se deben identificar todas aquellas situaciones de riesgo, así como establecer medidas para evitarlas. Para ello, se deberán tener en cuenta tanto factores externos como internos que puedan ser origen de las amenazas.

Los factores internos serán aquellos que se derivan de la propia actividad de la empresa. Por ejemplo, una mala gestión administrativa puede dar origen a riesgos que impacten negativamente en las cuentas de la empresa.
Por factores externos se entienden aquellas situaciones ajenas a la compañía. Estas serían: las condiciones políticas, sociales o económicas que puedan afectar al buen funcionamiento de una empresa. A modo de ejemplo de este tipo de factores externos podemos citar situaciones como la inestabilidad de los tipos de cambio, las políticas estatales o las crisis económicas.
Por tanto, el método más sencillo para realizar un análisis de riesgo financiero es combinando la probabilidad de que ocurra un determinado evento de riesgo y estimar sus pérdidas económicas.Una vez se han establecido cuáles son los tipos de riesgo, se debe elegir la herramienta más adecuada para gestionar estos eventos adversos. Así, la empresa podrá decidir si evitar o asumir dichos riesgos. Para ello, también se tendrán en consideración las tendencias del mercado así como las distintas variables macroeconómicas y financieras.
Pasos para realizar un análisis de riesgos financieros
Con el fin de realizar un análisis de riesgos financieros, se establecen cinco fases:
1. Identificar los principales riesgos
En esta primera etapa del análisis de riesgos financieros, se identifican todos aquellos factores de riesgo, tanto internos como externos, que deberá enfrentar la empresa. Es decir, tendremos en cuenta todos aquellos cambios en el sector al que pertenece la compañía, cambios en las políticas gubernamentales, innovaciones tecnológicas, etc.
2. Calcular la importancia de cada riesgo
Aquí se deberán analizar los riesgos y señalar cuáles serán los más perjudiciales para la empresa. De este modo, se podrá realizar una previsión de recursos de esfuerzos, así como elaborar un plan para hacer frente a este tipo de eventualidades.
3 Concretar acciones para el plan de contingencia
En este mundo debemos crear tareas concretas para mitigar el impacto negativo que puedan tener los riesgos. Estableceremos un plan de contingencia en el que se incluya una acción por cada uno de los riesgos, ya que debemos recordar que no se puede enfrentar de la misma manera a todos los riesgos. De ahí que debamos tener en cuenta el nivel de tolerancia ante el riesgo que la organización haya establecido.
4. Delegación de responsabilidades
Es imposible tener una previsión para todos los tipos de riesgo, siempre puede haber alguno que se no se haya contemplado. Pero sí podemos establecer cuáles son los riesgos principales y asignar a una persona para que monitorice esas posibles amenazas. Se debe evitar asignar la vigilancia de esos puntos críticos a una sola persona, ya que es importante que se vaya realizando un seguimiento de los más importantes. Es aconsejable que se asigne a la persona más adecuada para cada punto crítico detectado.
5. Asignación de fechas de vencimiento
Al igual que los riesgos no son estables a lo largo del tiempo, tampoco puede asignarse un mismo plan indefinidamente. La razón es que las amenazas pueden incrementarse y afectar a procesos de la propia empresa que no teníamos previstos con anterioridad. Por eso, es aconsejable calendarizar las acciones a llevar a cabo.
Siguiendo estos pasos podrás llegar a hacer el análisis de riesgos de tu empresa, con el que podrás detectar cuáles son las amenazas que afectan a tu empresa y minimizar el impacto que puedan llegar a tener. Cabe destacar la importancia que posee el cálculo de la importancia de cada riesgo con el objetivo de no infravalorar riesgos importantes o, por el contrario, no destinar recursos a mitigar riesgos cuya influencia es mínima.