Tanto en época de crisis como cuando las cosa van funcionando en nuestra empresa, es una interesante política la de ahorrar en la empresa. Y, por encima de cualquier otra posibilidad, la que tiene que ver con ajustar los pagos regulares es la más beneficiosa. El problema viene cuando un empresario es incapaz de responder a la cuestión ¿cómo reducir los costes fijos de una empresa?
La ventaja de priorizar por la vía de ahorrar costes fijos es que permite una planificación muy estable y real, ya que se trata de unas cuantía previsibles, que se mantienen constantes y que se tienen que pagar en unos plazos que conocemos de antemano. Hablamos de gastos como alquiler de locales, compra de material, suministros básicos como electricidad o agua, limpieza, seguridad o mensajería.

Claro está, no podemos olvidarnos del que probablemente se lleva el mayor porcentaje, el coste de los salarios y otros apuntes relacionados directamente con la plantilla de trabajadores. Pero, buscamos proponerte otras alternativas para reducir gastos fijos sin sacar la tijera del recorte de sueldos.
Consejos para reducir los costes fijos
Como definición, los gastos fijos de una empresa son aquellos que son independientes de la producción, aunque evidentemente influyen en esta. Son más bien aquellos que sirven para mantener la empresa en funcionamiento. O sea, que no se puede minimizar su importancia. Por eso, más que hablar de reducir, el planteamiento es optimizar su gestión.
Estas son algunas recomendaciones para disminuir los costes fijos que van a tener un reflejo positivo en tu balance de manera casi inmediata:
- Revisa lo que pagas por los diferentes seguros de empresa que tienes contratados. Puede que se hayan producido cambios en el valor de los activos asegurables o que haya coberturas que no necesites y estés pagando un sobrecoste en tu póliza. Estate atento a las ofertas y nuevos productos de las distintas compañías, ya que es una actividad muy competitiva, es constante la aparición de nuevos productos.
- Analiza el tema de los impuestos locales. El cálculo del IBI es la base para otros impuestos, como basuras o ciertas plusvalías, con lo que ajustar el valor catastral de los inmuebles de tu empresa puede llegar a suponerte un ahorro superior al 10% de lo que estás pagando.
- Pon la lupa en tus inversiones en I+D. Es casi impensable que ninguna empresa funcione hoy, se dedique a lo que se dedique, sin contar con un importante equipamiento tecnológico. Estas inversiones tienen derecho a importantes rebajas fiscales (entre el 25% y el 40%).
- Estudia todos tus gastos relacionados con mantenimiento o producción que puedan suponer una reducción del impacto medioambiental. Un cambio de filtros o la compra de una caldera que reduzca las emisiones de gases contaminantes pueden conllevar una subvención o deducción fiscal que cubra el gasto de tu inversión.
- Revisa tu lista de proveedores y no te pongas límites de fronteras. Los empresarios eficientes, pese a estar contentos con sus colaboradores, no dejan de buscar posibilidades más competitivas en el mercado. Tu estrategia no debe enfocarse a la rebaja puntual del primer encargo, sino a redefinir tu demanda para ajustarla de forma precisa a lo que realmente necesitas. No te dejes seducir por extras que a la larga te suponen un gasto evitable.
Y, por supuesto, una buena política de reducción de gastos fijos pasa por el control de asuntos menores, pero que van sumando. El material de oficina, cambiar la iluminación tradicional por leds, instalación de sensores para que los suministros se activen según las circunstancias (el encendido de la luz o los grifos).