Ya hemos hablado alguna vez en Emprendepyme sobre las fuerzas de Porter, esos obstáculos que nos podemos encontrar a la hora de desarrollar nuestra compañía. El hecho de conocer estas dificultades nos permite trabajar sobre ellas para paliar en la medida que sea posible el daño que nos causan, y una de las mejores cosas que podemos hacer es aplicar las fuerzas de Porter a nuestro plan de marketing. De este modo, sabremos qué obstáculos se interponen entre nosotros y la rentabilidad… y cómo superarlos.
¿Cuáles son las fuerzas de Porter?
Para poder aplicar las fuerzas de Porter a nuestro plan de marketing es imprescindible conocerlas:
- La rivalidad con los competidores del mismo sector.
- La amenaza de nuevos competidores que se suman a la ecuación.
- La llegada de nuevos productos, unos productos sustitutivos que pueden perjudicar a los nuestros.
- El poder negociador de los proveedores, que nos fijan unas condiciones,
- El poder negociador de los clientes, que son los que deciden si compran o no lo que les ofrecemos.
Aplicación de las fuerzas de Porter al plan de marketing
Una vez conocidas las 5 fuerzas de Porter, hay que analizarlas a fondo en busca de lo que este economista bautizó como ventaja competitiva. Este concepto hace referencia a las posibilidades de que nuestra empresa supere a otra del mismo sector, y si queremos lograr ese objetivo hay que trazar un buen plan de marketing. A la hora de diseñarlo, tampoco podemos perder de vista los cambios en las preferencias del mercado, lo que nos debería permitir lanzar nuevos productos o modificar los existentes para ajustarlos a sus gustos.
1. Primera fuerza
Empezando con la primera fuerza, siempre ha habido y habrá competencia. Es algo inevitable, pero nos podemos fijar en ella para diseñar un plan de marketing mejor que el de la competencia. Hay quien ve la llegada de nuevos actores como un inconveniente, ya que el mismo pastel se tiene que repartir entre más comensales, pero si nos guiamos por las fuerzas de Porter es una oportunidad para seguir creciendo y llevar a nuestra empresa hacia el siguiente nivel. Lo mismo pasa cuando aparecen nuevos productos.
2. Segunda y tercera fuerza
Así, la llegada de nuevos competidores o la aparición de nuevos productos debería llevarnos a un análisis de los productos que ofrecemos para saber qué es rentable y qué no. Entre estos últimos, hay que ver qué productos tienen más margen de mejora, lo que nos permitirá reforzar la oferta de cara a una clientela cada vez más exigente. Los nuevos productos de la competencia también pueden ser un referente a seguir de cara al desarrollo de nuestras novedades o la actualización de los ya existentes.
3. Cuarta fuerza
La negociación con los proveedores también puede tener una vertiente positiva para nuestros intereses. Para lograr esa ventaja competitiva podemos intentar ajustar costes, algo que también puede ser beneficioso para el proveedor ya que si tenemos una mayor demanda él también tendrá más demanda de los bienes que nos suministra. Diferenciación y optimización de costes son dos de los elementos clave en cualquier estrategia de marketing, y los podemos obtener investigando y negociando.
4. Quinta fuerza
Porter habla de la negociación con los clientes como la quinta y última fuerza, y es precisamente ahí donde hay que aprovechar al máximo el plan de marketing. Hay que hacerle comprender al cliente que nuestra opción es la mejor: la que ofrece mejor relación calidad-precio, la que colmará sus necesidades y expectativas, la más valiosa, la que más soluciones le ofrece. Así, aplicando las 5 fuerzas de Porter podemos diseñar el plan de marketing ideal para superar esos obstáculos con los que nos cruzamos.