Capacidad de liderazgo, gestión de equipos, habilidad para solucionar crisis… Son los requisitos en los que nos solemos fijar a la hora de buscar un líder para cualquier equipo, pero hay un elemento que a menudo pasa desapercibido pero es igual o incluso más importante: la capacidad de escucha activa. Es más, tú también deberías aplicarla. Nos referimos a la habilidad de escuchar y prestar toda nuestra atención a nuestro interlocutor, sin pensar en otras cosas, ni siquiera en la respuesta que le daremos. La escucha activa tiene grandes ventajas para tu compañía, y si no te lo crees quizá cambies de opinión cuando descubras cómo ayuda a la empresa.

Ventajas de trabajar la escucha activa en tu negocio
Existen una serie de beneficios a la hora de mejorar la escucha activa en la empresa, de forma que se crea un ambiente positivo para la comunicación.
1. Más confianza con la dirección
Cuando hablamos con alguien que practica la escucha activa, sabemos que obtendremos una respuesta en positivo, lo que nos permite confiar más en esa persona. Cuanta más confianza haya entre los dos interlocutores, más efectiva será la comunicación lo que nos permitirá sacar mejores conclusiones y llegar a un mayor punto de entendimiento. Es una forma más de que los empleados confíen en nosotros para exponer los problemas de la empresa o de su puesto de trabajo. Si no hay ningún tipo de confianza será difícil que se abran y nos aporten informaciones útiles o interesantes.
2. Fomenta la participación
Una de las claves para que una empresa triunfe es estimular la participación de los trabajadores en la toma de decisiones que afectan a su día a día. Sin embargo, muchas veces se les da voz pero sus demandas caen en saco roto o cuando se tienen en cuenta lo hacen con importantes recortes. Pero si de verdad quieres que los trabajadores participen, debes ofrecerles una escucha activa, un diálogo donde se valoren y debatan sus propuestas para que se pueda llegar a un consenso. No puedes tener la excusa lista antes de que hable.
3. Nos ayuda a solucionar las crisis
De vez en cuando se producen crisis, momentos tensos donde la persona que habla tiene la necesidad de sentirse escuchada. Son escenarios problemáticos, fruto de conflictos laborales, de unos objetivos que no se han cumplido o de cualquier conflicto que puede afectar el funcionamiento de la empresa. Si el trabajador que plantea el problema siente que lo estás escuchando, se reduce la tensión y podemos afrontar los problemas entre todos desde una perspectiva más fría y positiva, por lo que será más fácil dar con una buena solución; no desde una posición defensiva que nos impide pensar bien y nos lleva a tomar decisiones equivocadas.
4. Obtendrás información clave
Muchas veces, de las palabras de nuestros trabajadores o compañeros podemos sacar conclusiones determinantes para la empresa, pero si no hacemos una escucha activa no captaremos el mensaje completo. Centrar el 100% de nuestra atención en lo que nos dice la otra persona nos hace ver las cosas desde su punto de vista, de modo que obtendremos una información nueva con la que no contábamos. Unos conocimientos muy importantes a la hora de introducir cambios para mejorar el funcionamiento de la compañía.
5. Es un elemento clave en la negociación
Si te sientas en una mesa a negociar con tus proveedores, clientes o con tu propio equipo, deberías ser capaz de hacer una escucha activa. Es la principal habilidad que necesita un buen negociador, un aspecto clave para que las negociaciones lleguen a buen puerto. Es una prueba más para nuestro interlocutor de que estamos negociando en busca del máximo beneficio para las dos partes, y no es útil solo en el momento actual sino que nos permite preparar el terreno de cara a futuras negociaciones con esas mismas personas. Escuchando activamente, las probabilidades de éxito en las negociaciones aumentan.