Es innegable que las turbulencias económicas que hemos vivido en los últimos años han cambiado para siempre el panorama empresarial, y entre estos cambios está la aparición del controller. Como su propio nombre indica, el controller tiene un papel de controlador, de prevención ante futuros escenarios de crisis. En un primer momento, las empresas del IBEX-35 fueron las que empezaron a incorporar a esta figura de gestión a sus plantillas, pero poco a poco se ha ido expandiendo hasta llegar a empresas de todo tipo, incluidas las pyme.
Aunque habitualmente nos referimos al controller como un perfil único, sí que podemos diferenciar entre dos tipos o perfiles de controller. Por una parte, los controllers de gestión están orientados a la gestión de costes y contabilidad, centrado en el negocio de la empresa y con un cariz más comercial. Frente a ellos están los controller financieros, que se encargan del control de la información financiera, para que sea exacta y en tiempo real, basándose en el análisis de ratios y en los balances de la empresa.
¿Qué hace el controller de gestión?
Dentro de su rol de gestor dentro de la compañía, una de las principales obligaciones del controller de gestión es diseñar la estrategia contable y el control de los sistemas contables, de información, la planificación y gestión de las estrategias y campañas de la empresa. A partir de estas estrategias y de la experiencia pasada, el controller de gestión también puede medir, prever y evitar desviaciones o crisis futuras, anticipándose a esos escenarios negativos para la empresa, que es una de las funciones para las que la empresa lo ha incorporado.
El trabajo del controller de gestión debe desarrollarse en coordinación con la dirección, y tendrá que controlar que se cumple con el presupuesto. Otra de las responsabilidades del controller financiero es hacer informes e indicadores clave, de modo que los objetivos de la empresa se puedan tomar como parámetros medibles para conocer de forma precisa si los resultados corporativos son buenos o malos. También pueden ser los encargados de desarrollar el programa de informes a dirección, marcas, patrocinadores, socios o empresas con las que colaboran.
¿De qué se encarga el controller financiero?
Si la información financiera es su responsabilidad, el controller financiero debería ser el encargado del diseño del plan de instrumentos de gestión financiera en la compañía, una herramienta con la que se apoyará la toma de decisiones acertadas. La figura del controller financiero es indispensable a la hora de elaborar el plan de negocio y el presupuesto anual de la empresa, ya que desde su posición de control debe dar el visto bueno a ambos documentos. Además, deberá hacer un seguimiento mensual de su cumplimiento con informes y auditorías internas.
El controller financiero también debe analizar las decisiones estratégicas de la empresa desde un punto de vista financiero: el lanzamiento de nuevos productos o servicios, inversiones, distribución y aprovechamiento de los recursos… Este profesional también debe ser conocedor de las tendencias tecnológicas, sociales y económicas del sector, de modo que pueda introducir mejoras o evitar problemas de cara al futuro. Por último, debe coordinar y ajustar el presupuesto a los objetivos generales de la empresa a partir de la situación económica de la compañía.
Conviene resaltar que el controller de gestión y el controller financiero son dos perfiles que se deberían coordinar en busca de posibles errores. Debe ser un trabajo conjunto en busca de fallos que se solucionarán gracias a su gestión de control. A pesar de todo, hay veces en las que las funciones del controller -de gestión o financiero- no están perfectamente definidas dentro de la propia empresa y no es extraño ver a perfiles como el director financiero o el director administrativo asumir un rol de controller, desempeñando labores analíticas, de supervisión o diseñando estrategias de riesgo.