La cantidad de personas que pueden permitirse el lujo de no trabajar para vivir es tan irrisoria que seguro que ninguno de nosotros nos podemos incluir en él. Asumido este principio, ¿por qué no buscar mecanismos para sentirnos lo más a gusto posible desarrollando nuestro trabajo? El bienestar laboral no sólo tiene ventajas para el empleado, también para el empresario. Así que, la clave es saber responder de forma efectiva a esta cuestión: ¿Cómo conseguir que tus trabajadores sean más felices y productivos?
Te recordamos datos que, como empleador, no puedes ignorar porque son objetivos. Unos trabajadores felices son mejores compañeros, crean un clima laboral menos conflictivo y dedican más del 80% de su jornada laboral a realizar sus tareas. Además, se reducen sus bajas laborales hasta en un 10%, la siniestralidad baja cerca del 300%, su productividad duplica a la de los trabajadores insatisfechos y tienen hasta seis veces más energía.
Y algunas otras cuestiones beneficiosas, que son menos cuantificables pero igual de importantes, como una adaptación más fácil a los cambios organizacionales que se propongan o una mayor eficacia en la resolución de problemas porque se tiene una visión más positiva. Como ya no tienes dudas de lo interesante que es apostar por la felicidad de tu plantilla, sólo queda darte unas pistas para que lo consigas.
Medidas para mejorar la felicidad de los empleados
No perdemos ni un segundo más en darte argumentos a favor de que mejores el bienestar de tus trabajadores y, de paso, tu cuenta de resultados. Estas son algunas de las medidas que mejores resultados están dando:
- Generar un ambiente de confianza y seguridad. Más que nunca en estos tiempos, es esencial que las personas no estén todo el día con el hacha en la cabeza de que pueden perder su puesto de trabajo de forma arbitraria y de un día para otro.
- Combatir los rumores con una comunicación directa y transparente. Nada hay más perjudicial que los corrillos de falsa informaciones que se crean en las empresas, a veces sin que tengan ninguna base y otras a partir de algún dato que se ha filtrado de forma parcial y confusa. No se trata de que todos se incorporen a las reuniones directivas, pero sí que la empresa debe contar con un canal oficial de acceso general donde se plasmen las decisiones que se van tomando. Es una forma, además, de fomentar la sensación de pertenencia a un mismo proyecto.
- Fomentar el trabajo en equipo y la colaboración entre todos. Para hacerlo de manera real, es importante que se definan bien las responsabilidades de cada uno. Pero, sobre todo, que se planteen objetivos razonables y se les dote del equipamiento material y humano suficiente para llevarlo a cabo.
- Mejorar nuestro liderazgo. Aleja la imagen de autoridad a la que nadie chista y que no tiene que argumentar sus decisiones. En estos tiempos, esa figura es totalmente contraproducente y sólo genera enfrentamientos. Un líder eficaz potencia los estímulos positivos, reduce la presión innecesaria que pesa sobre sus subordinados, a la vez que evita la sobreprotección.
- Estimulación para que abandonen su zona de confort. Las personas no somos máquinas. Puede que parezca más sencillo pasarnos el resto de la vida laboral desempeñando una tarea que podemos hacer con los ojos cerrados. Sin embargo, esa rutina y falta de perspectivas nos hace infelices. Nada más triste y desmotivado que un trabajador que se ve haciendo lo mismo cada día hasta su jubilación. Ofrece la posibilidad de adquirir otras responsabilidades y de crecer, de forma voluntaria y sin que sientan miedo a no rendir al 100% desde el minuto uno.
¿Cómo conseguir que tus trabajadores sean más felices y productivos? Pues, entre otras cosas, tratando a tus empleados como personas adultas que responden positivamente al compromiso bien motivado.