A la hora de crear una empresa o de empezar un negocio existen distintos pasos que son ineludibles para que el proyecto sea exitoso y, principalmente, rentable. Y aunque tendemos a pensar que un producto de calidad funciona solo, lo cierto es que en los tiempos en que vivimos esto no es así (o al menos no exclusivamente). Si queremos que nuestros primeros pasos en el mundo empresarial sean firmes, no podemos obviar la principal herramienta de ventas del siglo XXI, el marketing. Por eso, con este objetivo en mente, queremos hacer una breve explicación de en qué consiste y cómo hacer un plan de marketing para optimizar recursos y aumentar las ventas de nuestro negocio.
¿Qué es un plan de marketing?
Un plan de marketing no es otra cosa que un archivo en el que se estudia cuál es la situación de la empresa (tanto si es una empresa ya activa como si es antes de comenzar el negocio) en busca de fortalezas y debilidades que permitan elaborar unos objetivos realistas, así como la manera en la que se pueden alcanzar los mismos.
A la hora de realizar un plan de marketing, debemos tener presente un plazo temporal de un año. No obstante, dado que vivimos en un mundo en el que los cambios están a la orden del día, es recomendable que, además de hacer previsiones a un año, ese plan se revise de forma trimestral, pudiendo así reajustarse (modificar o plantear nuevas acciones, aumentar o reducir presupuestos, etc.) a las necesidades que pueden ir surgiendo durante el camino.
¿Cuáles son los puntos básicos de un plan de marketing?
Aunque parezca muy sencillo elaborar un plan de marketing, hay algunos pasos imprescindibles que te ayudarán a escribir el plan de marketing perfecto y alcanzar tus objetivos.
- Análisis del mercado
Cuando se inicia una actividad empresarial no podemos dejarlo todo en manos de nuestro producto, por muy bueno que sea. Es muy importante hacer un análisis del mercado en el que vamos a introducir el producto, así como ser conscientes de qué otras empresas ocupan ese mismo espacio que estamos buscando. Esto servirá para identificar qué es lo que hace que nuestra marca sea especial, qué es eso que ofrecemos que los demás no tienen (y esto puede ser algo físico, relacionado con el producto, o algo emocional, relacionado con la imagen de marca).
- Delimitar el público objetivo
Determinados empresarios son demasiado ambiciosos y creen que su marca es tan potente que podrá abarcar todo el mercado, pensando que cuanto más amplio sea su público más ventas obtendrán. Sin embargo, sabemos que esto no es así. Es importante que tengamos claro a quién queremos venderle nuestro producto, a quién nos dirigimos. Esto nos permitirá elaborar nuestra estrategia de marca adaptando nuestro lenguaje, el tipo de contenidos que utilizamos, las redes en las que nos posicionaremos, los canales que utilizaremos, siempre buscando alcanzar a nuestro público objetivo y, por tanto, posibles compradores.
- Dejar claros los objetivos
El siguiente paso en el plan de marketing es marcar los objetivos, como decíamos, con vista a un año. La idea es plantearnos qué queremos conseguir durante esos doce meses a nivel de mercado, a nivel de marca, y desde ese punto elaborar unos objetivos que sean concretos, medibles y, por supuesto, que sean realistas. A veces la ilusión de un proyecto nos hace apostar para objetivos que (de momento) no podemos abarcar. Es importante fijarnos en resultados que podamos alcanzar.
- Desarrollar estrategias
Por último, una vez que ha quedado claro cuál es nuestro lugar en el mercado, a qué público nos dirigimos y cuáles son los objetivos marcados para el año, es momento de sentarse a desarrollar las diferentes estrategias que nos ayudarán a completar los objetivos planteados y a crear (o mejorar) la imagen de nuestra marca. La parte de branding de una marca es muy importante. Definir quien somos como marca nos ayuda a desarrollar también posibles estrategias en redes sociales o cualquier otro medio que consideremos de nuestro interés.