Se entiende por cultura empresarial al conjunto de valores, principios, normas, procedimientos y conductas que comparten todos los integrantes de la plantilla de una compañía. Debe ser el resultado de las respuestas que la dirección ofrezca sobre los siguientes aspectos:
- Quiénes somos
- Quiénes queremos ser
- Qué imagen queremos proyectar de forma interna y externa
- Cuáles son nuestros objetivos
- Cómo queremos lograrlos
- Cuáles son los principios que deben guiarnos
- Cómo queremos que se tomen las decisiones
Una vez definida la cultura organizacional y puestos todos los medios para desarrollarla, surge una nueva pregunta: ¿Qué puedo hacer para mejorarla y fortalecerla?
Cómo mejorar la cultura de mi empresa
Presentamos algunos consejos claves para diseñar una cultura empresarial efectiva:
1- Define unos valores claros
Trata de definir de forma clara, breve y concisa cuáles son los valores que conforman la identidad de tu compañía. Todos ellos ayudarán a la consecución de tus propósitos y objetivos.
2-Transmite los principios a los empleados
Entre las obligaciones de la dirección, se encuentran transmitir estos principios y asegurarse de que se siguen por parte de los empleados. Es importante subrayar que estos valores deben ser aceptados, compartidos y promovidos por toda la plantilla.
3- Trata de educar con el ejemplo
Las compañías son cada vez más conscientes del papel ejemplar y educativo que deben ejercer con sus trabajadores. Fomentar una vida sana es un claro ejemplo de ello. Una de las herramientas que aportan facilidades para adoptar hábitos saludables son los planes de retribución flexible.
Los cheques de gimnasio o los tickets restaurante son dos buenos ejemplos de cómo una organización puede promover ciertos valores. Mediante este sistema se incrementa la capacidad de ahorro de los empleados y, a su vez, les permite atraer y retener talento.
4- Establece unos valores que permitan el adecuado funcionamiento de la empresa
La cultura de la empresa debe servir para aumentar los niveles de motivación y compromiso, minimizar los conflictos, reducir las diferencias y hacer más fácil el trabajo de la dirección.
En el caso de detectarse que alguno de los elementos que conforman la cultura organizacional supone un obstáculo en la consecución de los objetivos, deberá revisarse detenidamente.
5- Diseña un buen plan de comunicación interna
El plan de comunicación interna es fundamental para poder transmitir la cultura organizacional. Por ello, es importante contar con un grupo de trabajo que se encargue de informar sobre cualquier asunto relacionado con la empresa y sobre cualquier cambio que pueda impactar en el trabajo.
6- Construye un equipo que fomente el crecimiento empresarial
Las mejores plantillas son aquellas que están compuestas por los mejores profesionales, pero también aquellas que están conformadas por personas con habilidades complementarias. Por tanto, son capaces de aportar un valor añadido y un mayor crecimiento de la organización.
De este modo, contar con distintos puntos de vista hará mucho más fácil la búsqueda de ideas y soluciones ante cualquier problema.
7- Utiliza canales de comunicación fluidos
Cada empleado tiene algo que aportar tanto a sus compañeros como a la dirección de la empresa. Por esta razón, la compañía debe poner todos los medios para darles voz y promover su participación. Para ello, resulta necesario establecer distintos canales de comunicación que garanticen una conversación fluida entre el empleado y la empresa.
8- Revisa las prácticas del departamento de Recursos Humanos
Una de las misiones del departamento de Recursos Humanos es garantizar que el trabajo de todos sus trabajadores se lleva a cabo en consonancia con la cultura de la empresa. Otro de sus cometidos debe ser llevar a cabo evaluaciones continuas para detectar cuáles son los puntos fuertes y débiles de la cultura organizacional y qué puede hacer para mejorarlos.
En este sentido, la cultura empresarial debe ayudar a la compañía a alcanzar sus metas. Es cierto que establecer la estrategia empresarial no es en nada sencillo. Sin embargo, debe convertirse en una prioridad para la dirección, dado que se trata de un elemento fundamental que impulsa el compromiso de los empleados, su proactividad, su bienestar y, como consecuencia, la productividad de la organización.