Cuando nos lanzamos a emprender, es importante tener las ideas claras. Pero también nos podemos encontrar con emprendedores dispuestos a montar un negocio, pero sin ideas sobre hacia dónde orientar sus esfuerzos. Si es tu caso, estás en el sitio ideal porque vamos a descubrir por dónde empezar con tu negocio y con la idea de negocio. Pero antes, una advertencia: ser emprendedor exige una gran dedicación, y aunque (todavía) no tengas claro por dónde irán los tiros, debes ser consciente de que deberás invertir una parte muy importante de tu tiempo y esfuerzo en el negocio.
No sé qué negocio emprender
En primer lugar, a la hora de crear un negocio pregúntate qué sabes hacer. Es cierto que podemos encontrar emprendedores que se lanzan de cabeza a un sector que genera oportunidades por el simple atractivo económico, sin tener ningún tipo de noción sobre su funcionamiento.
Experiencia
Sin embargo, es preferible emprender en algo que conocemos de antemano. Mira a tu alrededor, en tu trabajo o en tus aficiones, en busca de ideas para emprender por Internet o con un punto de venta físico. Seguro que encuentras algún tipo de inspiración a la hora de desarrollar tu propio negocio.
Inspiración
Otra opción es mirar a tu alrededor. Por una parte, puede ser inspirador; por otra parte, puede ser una fuente de apoyos. Emprender en solitario puede ser una tarea complicada, y en tu círculo más cercano puedes encontrar desde socios a inversionistas, proveedores o potenciales empleados.
Habilidades
Las capacidades y habilidades de familiares, amigos, compañeros de trabajo o conocidos pueden ser muy bien recibidas para tu negocio, así que no dudes en darles una oportunidad. Quizá el negocio esté en el lugar menos pensado.
Necesidades del sector
También podemos abrir un negocio en base a las necesidades que detectamos a nuestro alrededor. Basta con echar un vistazo alrededor para descubrir los problemas, carencias o inconvenientes, y tratar de buscar una solución.
Pregúntate qué negocio le falta a tu barrio, pueblo o ciudad; y repite esta pregunta entre tu círculo cercano. A partir de ahí, puedes hacer una lista de ideas de negocio y analizar cuál puede resultar rentable. Tarde o temprano darás con una opción que seguro es de lo más interesante.
Ten en cuenta que estas tres opciones son complementarias. Por ejemplo, si vamos a emprender en algo que nos apasiona, debemos asegurarnos que hay demanda y nunca está de más contar con la ayuda de alguien.
Si hemos detectado una carencia y nos lanzamos a cubrirla, asegúrate antes de que estás preparado para ello, de que es interesante, y trata de rodearte de personas que te puedan echar una mano con sus conocimientos. Aunque haya una oportunidad de negocio, no es aconsejable emprender en algo que no nos gusta o que somos incapaces de entender.
Objetivos y plan
Para saber si la idea tiene futuro, hay que diseñar un plan de negocio. En él, debes pensar en los objetivos de la empresa, las estrategias que seguirás, la misión y la visión. Pero si hay una parte que de verdad importa, este es el capítulo económico.
Inversión
Debes tener en cuenta la demanda, la inversión necesaria, el potencial retorno, posibles beneficios, gastos, etc. para conocer la viabilidad de tu idea. Nos ayudará en la búsqueda de financiación. Debe ser realista, especialmente en los primeros años. Es fácil que cueste conseguir beneficios.
Valor añadido
Finalmente, señalaremos dos aspectos que no deberías perder de vista. El primero, diseñar un producto o servicio con valor diferencial. Analiza la competencia y sus puntos débiles para tratar de ofrecer algo mejor.
Ayudas
El segundo, buscar un organismo o institución que te ayuda a emprender. En lanzaderas o incubadoras puedes encontrar asesoramiento y formación que te ayudará a dar tus primeros pasos en el mundo del emprendimiento, incluso financiación; además de un entorno ideal para emprender junto a otros profesionales.