Mucho se está hablando últimamente sobre los conceptos de teletrabajo, trabajo en remoto o trabajo a distancia. Dado que estas modalidades de trabajo tienen algo en común –ambas pueden realizarse fuera de la oficina central de la empresa– es bastante común que las metamos en un mismo saco y pensemos que significan lo mismo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: según el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores el teletrabajo NO es lo mismo que el trabajo a distancia o trabajo a domicilio.
¿En qué se diferencia el teletrabajo del trabajo en remoto?
El lugar desde donde se ejecuta el trabajo
Al teletrabajar tienes dos opciones: desempeñar tus tareas en la oficina central de la empresa o hacerlo desde tu propio domicilio durante gran parte de la jornada laboral. Algunas compañías optan por el modelo híbrido de trabajo (que combina el teletrabajo con el trabajo presencial) y otras por el teletrabajo al 100%. En cualquier caso, el empleado que teletrabaja NO puede elegir libremente su lugar de trabajo, sino que debe pautarlo previamente con el empresario.
A los profesionales que trabajan en remoto les pasa todo lo contrario: ellos sí pueden elegir dónde quieren trabajar (su propia casa, un restaurante, una cafetería, etc.)
La vigilancia del empresario
Al teletrabajar debes utilizar las tecnologías de la información propuestas por la empresa y el empresario puede controlarte mediante softwares de vigilancia. ¿Qué significa esto? Que quizá tengas que registrar las tareas realizadas y el tiempo que le dedicas a cada una de ellas para que la compañía pueda medir tu productividad como empleado.
Al trabajar en remoto (como hacen muchos autónomos y trabajadores freelance) tu trabajo se medirá y evaluará única y exclusivamente en base a los objetivos cumplidos y sin la vigilancia del empresario que te contrata.
La utilización de nuevas herramientas de trabajo
Los profesionales que teletrabajan deben recibir la formación correspondiente por parte de la empresa para utilizar los instrumentos de videoconferencia, videoterminal o telefax que la compañía considere oportunos. En cambio, las personas que trabajan en remoto de forma habitual pueden elegir personalmente los medios de comunicación que deseen.
El establecimiento de una red de telecomunicación
La empresa debe instaurar una red de telecomunicación que permita el contacto directo entre la oficina central de la compañía y el domicilio del empleado que teletrabaja.
Existen diferentes modalidades de teletrabajo
A diferencia del trabajo en remoto, existen tres tipos de teletrabajo: el teletrabajo domiciliario (cuando el empleado siempre trabaja desde su domicilio), el teletrabajo móvil (cuando el empleado trabaja unos días desde la oficina central y el resto de la jornada desde su domicilio) y el telecentro (cuando el teletrabajo se efectúa desde un lugar designado por la empresa que no es el domicilio del empleado y tampoco la oficina central).