Montar un negocio es una opción muy atractiva para muchas personas, pero emprender no siempre es fácil. Especialmente, al principio. Durante los primeros meses de tu proyecto deberás hacer frente a todo tipo de retos, y en algún momento es posible que piensen en tirar la toalla. Muchos negocios fracasan en el primer año de vida, ya sea por errores previos o por fallos durante estos primeros compases del proyecto, así que vamos a ver una serie de tips para sobrevivir mientras emprendes o consejos de supervivencia para emprendedores que te pueden ayudar a sacar adelante tu negocio.
Apostar por un buen plan de negocio
Antes de emprender, hay que desarrollar el plan de negocio. En él, tendremos en cuenta todos los escenarios que podemos afrontar, especialmente los peores. Esto nos ayudará, primero, a saber si el negocio es viable antes de emprender; y segundo, a estar preparados para afrontar los problemas, obstáculos o dificultades que surjan una vez lancemos el proyecto.
Siempre puede haber algún imprevisto que nos afecte, pero contar con un buen plan de negocio es el primer paso para empezar el negocio con buen pie.
Controlar el endeudamiento
Si no tienes ahorros suficientes, es fácil que recurras a ayuda externa como créditos para poder sacar adelante el negocio. Un error habitual es endeudarnos por encima de nuestras posibilidades, con las dramáticas consecuencias que tiene no solo para el proyecto, sino para ti.
Tu patrimonio o el de tus avalistas se puede ver afectado en caso de no poder hacer frente a los pagos. Analiza las posibilidades de financiación, los intereses, plazos y capacidad de hacer frente a los pagos es fundamental para no entrar en una espiral de deuda.
Priorizar tareas
Deberás hacer frente a todo tipo de tareas, lo que en ocasiones puede desbordarnos. Como bien sabrás, las tareas se pueden dividir en cuatro categorías según su relevancia y urgencia. Clasifícalas en urgentes e importantes, urgentes pero no importantes, importantes pero no urgentes y tareas no importantes ni urgentes.
Afrontarlas por este orden te permitirá organizar mejor el día a día y tener tiempo para disfrutar más allá del proyecto. Cuando algo no es importante ni urgente, puedes descartar esa tarea.
¿Emprender mientras trabajas?
Tras la crisis de 2008, fue bastante común capitalizar el paro y lanzarse a emprender. Ahora, el perfil de emprendedor ha cambiado y nos encontramos con emprendedores que tienen un trabajo.
Emprender sin renunciar a tu trabajo, se trata de una opción igualmente válida, que te garantiza una serie de ingresos y te permite sacar adelante el proyecto sin tanta prisa, sin endeudarte innecesariamente y con la tranquilidad de tener un plan B. Si emprendes pero no tienes otra fuente de ingresos, trata de reducir gastos personales.
Invertir en marketing
Darte a conocer es fundamental si quieres tener éxito. Los recursos disponibles dependen del tipo de negocio, pues no será lo mismo un pequeño comercio de barrio que una tienda online o un servicio de reparación de electrodomésticos; pero con un pequeño presupuesto puedes hacer una buena campaña de marketing.
Hablamos de un marketing en el exterior de la oficina, en el interior del local o en internet. Si no tienes ideas o estas no funcionan, siempre puedes sentarte con tu equipo y buscar la mejor.
Analizar a los clientes y a la competencia
Escuchar a los clientes es fundamental para saber lo que funciona y lo que no. Aprende de los buenos clientes, pero también de los malos, los que te permitirán mejorar los procedimientos, los servicios que ofreces, etc.
El feedback de los clientes es la mejor información que podemos recibir. Igualmente, hay que saber qué hace la competencia para saber qué se pide, qué ofrecen o sus precios y obrar en consecuencia. Conocer a tus competidores también te permitirá desarrollar tu identidad propia, ese factor diferencial que te hace único.