A la hora de adquirir financiación, la recomendación que hacen los expertos es valorar todos los productos financieros que ofrecen las diferentes entidades bancarias. Generalmente, cuando se quiere obtener una vivienda, la mayoría opta por préstamos hipotecarios, pero existen otras opciones válidas, como los créditos personales. En este artículo, se van a ver las principales diferencias entre unos y otros, así como cuál es el que sale más económico.
Aunque la mayoría solo piensa en solicitar una hipoteca, la opción más habitual, hay quiénes se preguntan si pueden pedir un préstamo personal, que se adecue mejor a su situación económica. A continuación, recopilamos información de los expertos del sector inmobiliario y financiero para aclarar las principales dudas y conocer cuál de estas opciones es la más acertada a la hora de comprar una vivienda.
Principales diferencias entre una hipoteca y un préstamo personal
Se trata de dos productos bancarios bastante habituales para acceder al dinero cuando se necesita financiación. En ambos casos, el banco presta una suma de dinero que habrá que devolver en forma de cuota mensual junto a los respectivos intereses. La elección entre uno y otro dependerá, en gran medida, de la cantidad de dinero que se necesite, así como de los plazos de devolución para poder afrontar la mencionada mensualidad.
En líneas generales, las hipotecas se conceden para préstamos de dinero de una cantidad superior a los 50.000 euros, aunque esta cifra puede variar de una entidad a otra y ser, incluso, algo superior. Como cabe suponer, las condiciones de devolución se adaptan a las grandes cantidades de dinero que se solicitan, permitiendo plazos de 30 o incluso 40 años.
En el caso contrario, se encuentran los préstamos personales, que habitualmente ponen el límite de dinero máximo en 50.000 euros, aunque también puede variar ligeramente de una entidad a otra. Al ser cantidades más pequeñas, los plazos de devolución permitidos disminuyen, situándose como máximo en los 10 años.
De este modo, la cantidad y los plazos son los factores más influyentes y decisivos a la hora de decantarse por un préstamo hipotecario o por uno personal. Asimismo, mientras que los préstamos hipotecarios están supeditados a la compra de un inmueble que se presenta como aval, los préstamos personales se solicitan para diferentes propósitos y pueden no necesitar esa garantía.
Dependiendo de la solvencia financiera del solicitante, a veces sí se requieren avalistas para poder optar al préstamo personal e, incluso, en las hipotecas, en ocasiones también se piden avalistas además de la garantía del inmueble.
Ventajas e inconvenientes en cada caso
Normalmente, la financiación hipotecaria es más económica que la financiación a la que se accede con un préstamo personal, aunque habrá que valorar los tipos de interés que ofrece el mercado en cada momento.
El principal motivo por el que los intereses de la hipoteca son más bajos es que, en el supuesto de impago del préstamo, la garantía de cobro para la entidad financiera es muy diferente. La hipoteca tiene por indemnidad el inmueble, que funciona como garantía, aunque no siempre se soluciona un impago simplemente con entregar la casa. Por tanto, las entidades bancarias asumen un riesgo financiero menor que cuando conceden préstamos personales.
Por otro lado, si se valoran los costes de apertura, gestión y las diferentes comisiones, es mucho más costoso el préstamo hipotecario que el préstamo personal. La principal ventaja de la hipoteca es que está pensada para una devolución a largo plazo, por lo que hacer frente a las cuotas mensuales y cumplir con ellas va a ser más cómodo.
En cualquier caso, los expertos recomiendan pedir un préstamo personal cuando el interesado tiene que hacer frente a una necesidad de liquidez temporal, pero, por ejemplo, tiene pensado vender un inmueble a corto plazo. De esta manera, podrá liquidar la deuda contraída en un breve espacio de tiempo. Sin embargo, es más favorable la hipoteca si no se dispone de liquidez y se necesitan cuotas más bajas.
Conclusión
Escoger entre préstamo personal o una hipoteca es una elección que genera bastantes dudas, ya que en ambos casos se presentan ventajas e inconvenientes. Por este motivo, la mejor forma de hacer una buena elección será tener una visión general de la situación, analizando todas las opciones posibles en relación con la situación económica y personal.