El sueño de cualquier trabajador es conseguir dinero rápido, en especial para los trabajadores por cuenta propia o autónomos que ven cómo les cuesta poner en marcha su negocio debido a la falta de financiación. El hecho de contar con efectivo les permitirá sacar adelante su empresa, crecer y quién sabe si a corto, medio o largo plazo crear empleo en su compañía o incluso venderla. Por eso vamos a descubrir las mejores formas de conseguir financiación según qué tipo de autónomo seas y así acceder al dinero rápido que puedas necesitar.
Trabajador freelance
Si eres un simple trabajador freelance o quieres montarte tu propio negocio por tu cuenta después de perder tu trabajo, una de las opciones que tienes sobre la mesa es la capitalización del desempleo, un pago único en el que te adelantarán el importe pendiente de la prestación contributiva del paro de forma que podrás invertirla en tu incipiente negocio. Más allá de la capitalización, pequeñas ayudas como los microcréditos o los préstamos rápidos pueden ser una buena herramienta para que tu pequeña empresa empiece a crecer.
Sociedad limitada
Constituir una sociedad limitada o SL tampoco es fácil, y más allá de los métodos convencionales podemos acudir a los fondos de capital riesgo. Eso sí, tendrás que visitar muchos fondos hasta dar con el ideal. El hecho de convertirte en sociedad limitada da más seriedad a cualquier proyecto ante estos financieros, facilitando que apuesten por ti. Otra opción que está sobre la mesa de cualquier SL es la emisión de bonos con los que obtener el capital necesario para seguir creciendo e iniciar nuevos proyectos.
Sociedad unipersonal
A la hora de poner en marcha una start-up, lo mejor es hacerlo en forma de sociedad unipersonal de forma que, si más adelante encuentras socios capitalistas que pongan parte del dinero necesario para el desarrollo de la start-up, puedes ampliar esta sociedad unipersonal a otro tipo de empresa, como una sociedad anónima o limitada, que dé cabida a estos socios. Pero mientras buscas a los socios capitalistas para tu start-up puedes recurrir a la triple F o FFF: fools, friends and family.
Estas siglas corresponden a los tontos, amigos y familia. Dicho de otra forma, a quienes harían una inversión en nuestro proyecto asumiendo un gran riesgo con ello, ya que ponen su dinero en una idea que todavía es incipiente: lo habitual es que lo hagan cuando no es más que una idea, todavía no hay un proyecto en marcha pero el autónomo necesita ese empujón económico para plasmar la idea en un proyecto. Y, como en el resto de trabajadores autónomos, también tenemos acceso a las diferentes ayudas.
Ayudas públicas y privadas para emprendedores
En los últimos años hemos visto cómo aparecían ayudas de todo tipo para fomentar el autoempleo, una de las vías de escape para muchos trabajadores que han visto cómo la crisis les apartaba del mercado laboral a no ser que se estableciesen por su cuenta. La más conocida es la tarifa plana para autónomos, esa cuota reducida de 50€ los primeros meses que va aumentando poco a poco hasta igualarse a la del resto de trabajadores. A ella se suman las ayudas de las diferentes comunidades autónomas, ayuntamientos y otras entidades públicas.
Y llegados a este punto no podemos olvidar las ayudas privadas al autoempleo, por ejemplo las lanzaderas dirigidas a start-ups. Siempre tenemos las vías tradicionales, acudir al banco a por un préstamo o solicitar un crédito rápido, aunque también nos encontramos con métodos más novedosos como el crowdfunding, que nos permitirán conseguir financiación de particulares a cambio de una recompensa. Y, como no, si no tenemos otro remedio nos quedarán los ahorros personales.