No es nuestra intención inundarte con una marea de términos nuevos que puedan desconcertarte. Ni tampoco dudar de que estás al día en todo lo que concierne al mundo empresarial. Sin embargo, hay tantos enfoques que nunca están de más reparar en alguno de los más novedosos. Nos fijamos aquí en qué se puede hacer para conseguir que tu empresa sea disruptiva.
Evidentemente, lo primero es aclarar a qué se refiere el término “disruptivo”. Es muy habitual relacionarlo con la innovación, una cualidad que suele ser beneficiosa para la actividad empresarial. Pero, es más preciso hablar de lo que provoca una ruptura brusca. ¿Cómo se aplica esto a una empresa? Es lo que intentamos desvelar.
¿Qué son los negocios disruptivos?
Volviendo a la definición antes citada y encajándolo en el ámbito que nos ocupa, una empresa disruptiva es aquella que rompe con lo que había antes y, como consecuencia, es capaz de generar nuevos mercados y clientes. Sin embargo, es necesario profundizar en este concepto de innovación empresarial, siguiendo la teoría desarrollada por el profesor Clayton M. Christensen en 1995.
Este prestigioso investigador de la Harvard Business School distingue entre innovación continuada e innovación disruptiva. La primera, en manos de grandes empresas que buscan la mejora de sus productos para aumentar sus beneficios. La segunda, protagonizada básicamente por las PYMEs que trabajan en productos o servicios más sencillos de usar, que requieran procesos productivos menos costosos y sean más baratos.
¿Cuál es para este autor la clave del éxito de estos negocios disruptivos? Pues las mejoras funcionales generan una demanda que no existía en el mercado y acaban desplazando gradualmente a los productos de la competencia, de forma que al final se produce una readaptación de todo el mercado en la línea que ellos han abierto.
Algunos ejemplos de empresas disruptivas son la mejor forma de visualizar esta fórmula: Ikea en el mercado de los muebles o Zara en el de la moda, son dos clásicos. Pero, también el iPhone, que surge como una oferta distinta en cuanto a prestaciones y funcionamiento, y ha acabado contagiando a todo el sector de la telefonía. También son disruptivas en sus campos firmas como Legalitas, que rompió el concepto de despacho de abogados tradicional, o Nesspreso.
Consejos para tener un negocio disruptivo
Después de vistos esos ejemplos, ¿a quién no le entran ganas de probar suerte en este universo de las empresas disruptivas? Aunque se trate de “romper reglas”, no está de más tener en cuenta algunos factores que facilitan la puesta en marcha y éxito de este tipo de negocios:
- La conjunción de dos elementos: se han identificado una necesidad del consumidor no satisfecha y se cubre de forma sostenible.
- La aportación de la tecnología. No todos los negocios disruptivos tienen que estar relacionados con la tecnología, pero es mucho más probable que funcionen si hemos resuelto esa carencia del mercado con una innovación tecnológica propia. La explicación de este valor añadido es que es más difícil para nuestros competidores replicar una tecnología disruptiva que copiar un producto o servicio.
- Las grandes ideas innovadoras salen normalmente de mercados saturados. Allí donde parece que todo está inventado, de repente surge una idea que rompe con todo lo existente. Conocer bien lo que se ofrece y dar con el elemento diferenciador, esa es la manera de conseguir que el consumidor caiga rendido a nuestros pies.
- No tiene que ser necesariamente de bajo coste, aunque esta es la vía habitual en el caso de pequeñas empresas.
Dicho todo lo cual, una receta cuyos ingredientes sean mucha imaginación y empatía con los posibles usuarios es la mejor vía para conseguir que tu empresa sea disruptiva.