Como emprendedor está claro que buscas que el producto o servicio que ofreces sea recibido con los brazos abiertos en el mercado. O mejor expresado, que se compre por la mayor parte de consumidores posible. Asegurar esa óptima acogida sería una baza inmejorable y hay fórmulas que apuntan a esas soluciones. ¿Sabes qué es el Producto mínimo viable? Pues, puede serte muy útil en la línea de lo que estamos señalando.
Un Producto Mínimo Viable (PMV) es la versión simplificada de un artículo o servicio que puede realizar para llevar rápidamente al consumidor con el objetivo de observar y medir su acogida, de forma que puedas usar ese feedback para adecuar tu producto definitivo a lo que el usuario quiera, necesite o desee comprar. Es una de las ideas fundamentales de la metodología Lean Startup basa en la innovación continua¡Una herramienta eficaz para no tirarnos al vacío sin red!
¿Para qué sirve el producto mínimo viable?
Por resumirlo en unas pocas palabras y que sean fácilmente entendibles por todo el mundo, un Producto Mínimo Viable es la forma más directa y barata de validar nuestra idea como emprendedores, de ahorrarnos sorpresas y disgustos a la hora de sacar un producto al mercado. Una medida para asegurar que será bien acogido y que los consumidores tendrán una buena respuesta de compra. Es la diferencia entre “creer” que nuestra idea va a funcionar o “saberlo”.
La clave de su eficacia reside en que nos permite recopilar la máxima información en un tiempo récord y con un coste mínimo. La filosofía que subyace debajo de esta técnica es que no es necesaria la perfección para lanzar un producto al mercado, es mejor hacer un primer testeo con una muestra básica, que posteriormente se irá retocando teniendo en cuenta esa reacción del consumidor hasta conseguir la definitiva.
Y respondiendo claramente a esa pregunta de para qué sirve, estas son algunas ideas:
- Para dejar de producir en vano artículos que nadie va a adquirir
- Para no despilfarrar recursos, energía e ilusión y poder enfocarlos hacia nuevos proyectos
- Para sacar al mercado el producto ganador
Cómo crear tu producto mínimo viable
Seguro que no te cuestionas que te vendría fenomenal hacer uso de esto del PMV. Pero, ¿cómo? Porque lo que tampoco puedes permitirte es trabajar para nada, necesitas moverte en un terreno fiable y, claro, rentable. Si es tu primer Producto Mínimo Viable, sigue estas pautas para crearlo:
- Empieza por dar forma al perfil del cliente ideal al que iría dirigido ese producto o servicio. No se trata sólo de definirlo con detalle, hay que descubrir sus motivaciones y dar una respuesta que encaje en su mundo concreto, no en abstracto.
- Comprueba que realmente existe ese potencial mercado para el artículo que hemos ideado. Es muy útil salir a la calle y comprobar esa acogida in situ con preguntas. En el caso de proyectos tecnológicos, lanza una landing page o página de inicio para una primera toma de contacto
- Aprovecha las pistas que te da la competencia. Compra, prueba y usa los productos similares que ofrecen otras empresas. Recopila datos sobre sus precios, su propuesta de valor, la eficacia de los canales de distribución… cuantos más datos, mejor.
- Crea tu PMV utilizando toda esta información, pero dejándolo en la versión más simplificada.
- Invita a esos potenciales clientes a comprarlo. Con sus reacciones y comentarios irás perfeccionando el producto.
- Mantén esa relación bilateral con tus clientes de forma regular, para incorporar en cualquier momento necesidades o cambios que detectes.
Al final, cuando te cuestionas qué es el Producto mínimo viable, lo que te interesa es no perder de vista que su finalidad última es minimizar el ciclo de decisión. La estructura de trabajo es construir-medir- aprender hasta que lleguemos al producto perfecto o lo desechemos definitivamente por inviable, en ambos casos, habrá cumplido su función.