Como otros muchos modelos de gestión de proyectos, el modelo en V tiene sus orígenes en el desarrollo de software. Sin embargo, ha ido evolucionando y con el paso del tiempo se puede aplicar a todo tipo de proyectos. Pero… ¿es el modelo ideal para organizar mis proyectos? Para dar respuesta a esta pregunta, o intentar ayudarte a resolver la cuestión, vamos a descubrir qué es el método en V y a conocer sus fases. Solo así podrás decidir si cumple con tus expectativas o si es mejor buscar una alternativa.
En qué consiste el método en V
Podríamos decir que el método en V es la evolución del método en cascada. Se trata de un método de organización de proyectos que incluye las fases de desarrollo del proyecto y los procedimientos de gestión de calidad que lo acompañan -o que deberían acompañarlo-. Además, indica cómo pueden interactuar las diferentes fases individuales entre sí. Su nombre se debe a que su estructura se parece mucho a la de un V, con las fases de desarrollo a un lado y los procedimientos de gestión de calidad al otro.
A favor de este método destacan el refuerzo de la comunicación entre las partes implicadas, además de la minimización de riesgos y una mejor planificación. Todo el mundo conoce su rol, hay unas estructuras fijas, etc. Las medidas de control de calidad hacen que mejore el producto, y ayudan a reducir costes. En el otro lado de la balanza nos encontramos con que el modelo en V puede llegar a simplificar demasiado el proceso. Además, tiene una estructura un tanto rígida, poco abierta a cambios durante el desarrollo. El proyecto se debe desarrollar de forma lineal.
Fases del ciclo en V
Como decíamos anteriormente, las fases son la clave del modelo V. Podemos identificar hasta cuatro fases individuales, unas fases que cada vez tienen mayor detalle. Son las siguientes:
- Fase de especificaciones: corresponde a los inicios del proyecto. El modelo V nos exige un análisis de las especificaciones del sistema planificado.
- Fase funcional: el proyecto se completa después con unos requisitos funcionales y no funcionales para la arquitectura del sistema.
- Fase de diseño: la siguiente fase nos lleva a diseñar el sistema. Aquí se planifican los componentes e interfaces que participarán en él.
- Fase de codificación: en esta cuarta fase diseñamos la arquitectura del software al detalle.
A partir de aquí podemos empezar a desarrollar el software. Una vez comience su desarrollo, se producen las fases de control de calidad, conocidas también como fases de verificación o de validación. Cada una de estas fases de control de calidad están relacionadas con las de desarrollo, pues sirve para validar su equivalente al otro lado de la V:
- Pruebas de unidad (validan la fase de codificación, especificaciones y componentes).
- Pruebas de integración (validan la fase de diseño técnico del sistema)
- Integración del sistema (validan el diseño funcional del sistema)
- Validación (validan la definición de especificaciones)
Llegados a este punto, podemos empezar a responder a la pregunta que nos hacíamos al comienzo. Se trata de un modelo utilizado en la gestión de proyectos de sectores como el desarrollo, investigación, militar… Se puede adaptar a la mayoría de industrias y proyectos, pero si hay un punto donde podemos destacar su efectividad son los procesos pequeños con equipos reducidos.
¿Y cuáles son las alternativas al modelo en V? Las metodologías agile o scrum son dos de las que se acostumbran a presentar como alternativas más habituales al modelo en V. Incluso el propio modelo en cascada o en espiral pueden cumplir con esta función. Como siempre, todo depende de la experiencia que puedan tener los equipos con estas metodologías.