Cuando no existe la posibilidad de trabajar para otros, crear una empresa propia y el autoempleo se ha convertido en la vía de escape del desempleo para muchas personas. A raíz de la crisis económica de 2008 se produjo una clara apuesta por el autoempleo, y las posteriores crisis han hecho que esta opción esté cada vez más valorada a la hora de emprender. Vamos a conocer a fondo las posibilidades que nos ofrece el autoempleo, que además aprovecha las nuevas tendencias y la digitalización para crecer.
Qué es el autoempleo
Técnicamente, ser emprendedor mediante el autoempleo es la modalidad de trabajo donde se generan ingresos de forma autónoma. El trabajador no recibe el sueldo de una empresa o un empleador, sino que tiene su propio sustento.
Se trata de una definición bastante amplia, pues en ella caben desde los dueños de las empresas unipersonales a los profesionales independientes que ofrecen sus servicios a terceros. Así, la principal característica del autoempleo es que se ejerce la actividad sin un empleo asalariado del que depender. El trabajador se encarga de negociar precios y servicios con sus clientes.
Ventajas y desventajas del autoempleo
A favor del autoempleo juegan la posibilidad de adaptar nuestro horario laboral a nuestras necesidades vitales, facilitando la conciliación personal y laboral; o la opción de dedicarnos a una actividad que realmente nos gusta. Esto no deja de ser un plus motivador. Además, nosotros somos los que fijamos nuestras metas y modelo de negocio. Podemos ser creadores de empleo.
En contra del autoempleo destaca la volatilidad de los ingresos, que pueden cambiar radicalmente de un mes a otro. Una incertidumbre con la que hay que convivir. El autoempleado también se debe ocupar de las obligaciones tributarias, licencias o Seguridad Social -puedes recurrir a un gestor para ello-; y asumimos un mayor riesgo en el negocio. En cualquier momento podemos tener pérdidas o llegar a quebrar.
Cuál es la diferencia entre empleo y autoempleo
La principal diferencia entre empleo y autoempleo es, precisamente, la existencia o no de un empleador. El empleado trabaja para un tercero, el autoempleo trabaja para sí mismo… aunque ofrece sus productos o servicios a un tercero.
El primero tiene una nómina que cobra religiosamente cada mes, el segundo recibe unos ingresos diferentes; tiene más incertidumbre y a las tareas del día a día suma las labores administrativas de su negocio. Tiene más responsabilidades, y es muy probable que le dedique más horas… aunque puede configurar su horario.
Ideas que hacen posible el autoempleo
Realmente, cualquier profesión es válida para el autoempleo. Es suficiente con que haya un emprendedor con ganas de lanzarse a la aventura y abrir un negocio. Aun así, podemos diferenciar entre dos clases de autoempleados. Por una parte están los tradicionales, los que apuestan por los empleos de toda la vida; y por otra parte están los nuevos autoempleados surgidos de la digitalización.
1. Ideas tradicionales de autoempleo
Cuando pensamos en ideas tradicionales de autoempleo, nos viene a la cabeza mecánicos, fontaneros, electricistas, albañiles, pintores… Otra opción es abrir una tienda, ya sea de productos de alimentación, farmacias, ferreterías y un largo etcétera.
No podemos pasar por alto el autoempleo en la restauración: bares, restaurantes, cafeterías o pubs han sido una solución clásica de autoempleo. A ellos se suman los profesionales liberales como abogados, periodistas, etc.
2. Ideas de autoempleo online u oportunidades de autoempleo digital
Como decíamos, la digitalización ha supuesto un nuevo boom de oportunidades de autoempleo digital. Aquí han aparecido perfiles como el del copywriter, consultor SEO, growth hacker, asistente virtual, desarrollador de infoproductos, blogueros, podcasters… Son profesionales que han surgido en los últimos tiempos, y que en gran parte trabajan de forma autónoma para terceros.