Hay modas que van y vienen, y el marketing no escapa a estas tendencias. Una de estas tendencias que ha vuelto es el sampling, una de las estrategias de marketing más potentes y que cada vez tiene más adeptos. Es una estrategia beneficiosa tanto para la marca que se da a conocer como para el usuario al que va dirigido el producto promocionado mediante sampling, una palabra derivada del inglés “sample”, que podemos traducir como “muestra”. Y si hablamos de muestras, seguro que sabes por dónde van los tiros.
¿Qué es el sampling?
El sampling es una estrategia de marketing que consiste en ofrecer muestras de un producto a los usuarios para que los prueben. Hay muchos ejemplos de sampling, pero uno de los más populares es el de los productos cosméticos. Este sector ha hecho del sampling su mejor forma de promocionarse entre los potenciales compradores, regalando pequeñas muestras de productos como cremas o colonias a sus potenciales usuarios. Lo más habitual es utilizar esta estrategia para promocionar el lanzamiento de nuevos productos.
Más allá de la cosmética, encontramos ejemplos de sampling en otros muchos sectores. Uno de los que han apostado más fuerte por esta estrategia ha sido el sector del videojuego, que antes del lanzamiento definitivo de nuevos títulos ofrece el juego en modo demo, con muchas limitaciones, para que los usuarios descubran el juego. Otro de los ejemplos de sampling que seguro que te suena es el de la industria alimenticia. ¿Nunca te han ofrecido snacks, galletas o refrescos de nuevos sabores que se estaban promocionando?
¿Cómo utilizar la estrategia del sampling?
Llevar a cabo una estrategia de sampling no es tan fácil como empezar a repartir muestras de nuestro producto a diestro y siniestro, hay que utilizar bien la estrategia. Lo primero es elegir donde desarrollar este tipo de estrategias, y un buen lugar para ello es hacerlo en las ferias comerciales, donde además de clientes nos encontramos con profesionales del sector. De hecho, en estas ferias es más que habitual ver comerciales o azafatas repartiendo muestras de los productos entre el público.
Más allá de las ferias, podemos desarrollar acciones de sampling en la propia calle, enviando muestras de los nuevos productos a los clientes que hacen pedidos online, en las tiendas, a modo de regalo con periódicos o revistas e incluso se pueden enviar muestras gratuitas a los clientes que están incluidos en nuestra base de datos. Es una estrategia muy versátil, y aunque puede llegar a toda la población tienes que intentar enfocarla a tu público objetivo, que es el más fácil de atraer y retener hacia tu producto.
A parte de la presentación de nuevos productos, el sampling también nos ayuda a promocionar los productos ya existentes o a relanzarlos, como refuerzo de ventas y para dar salida a los artículos más difíciles o a las unidades que tienen una caducidad cercana. Otra de las razones para lanzar una campaña de sampling es la búsqueda de un nuevo reconocimiento de la marca, que nos ofrece unos conceptos diferentes.
Habrá quien crea que desarrollar una estrategia de este tipo puede ser negativo para las empresas, que literalmente están regalando su producto a los usuarios, y lo están haciendo al por mayor. Sin embargo, es una estrategia que les beneficia ya que es una de las formas más efectivas de hacer una publicidad masiva de sus productos y servicios, una publicidad que no genera ninguna molestia a los usuarios ya que a todo el mundo le gusta que le regalen cosas, y si le gusta la muestra es muy posible que acabe comprando ese producto.