Es de rigor empezar haciendo referencia a que una empresa familiar es una organización en la cual los elementos familia y economía se encuentran intrínsecamente unidos, dicho de otro modo, es una empresa en la que la mayor parte del capital, o al menos una parte significativa, forma parte de la masa patrimonial de un conjunto de sujetos interconectados por relaciones familiares.
Esto quiere decir, que el sujeto pasivo (o la familia entendida como grupo legalmente separado e identificable) que ostenta la propiedad de la empresa, es el beneficiario residual de los beneficios que genere con su actividad.
Bajando un terreno más pragmático, esto quiere decir que la familia y sus miembros ostentan una parte significativa o la totalidad de la propiedad sobre los dividendos que la empresa genere. Por tanto, serían considerados beneficiarios residuales a razón de que su retribución en su condición de propietarios acaece tras haber satisfecho las pretensiones de los acreedores de la empresa, dicho de otro modo, se benefician de lo que queda, del resto.
Requisitos de la empresa familiar
Sobra decir, dada la importancia en el tejido empresarial español, del que proveen el 15% de los puestos de trabajo y alrededor del 70 si nos ceñimos al sector privado, que en la mayoría de los casos son los propios miembros de la familia los que además de ostentar la titularidad de la propiedad de la empresa, actúan en ella gestionándola si bien este punto puede hallarse externalizado en un gestor ad hoc.
Además, entre los requisitos de la empresa familiar encontramos el hecho de que la misma revierta forma de mercantilidad. Dicho de otro modo, la empresa familiar no puede ser una mera sociedad civil de personas o de medios, sino que tiene que perseguir un objeto mercantil sujeto a limitaciones, como será analizado más adelante.
Lo anterior obliga adoptar a las empresas familiares, siempre en pos de las ventajas fiscales que pueden aportar al propietario, una estructura organizativa mercantil, o lo que es lo mismo, forma de sociedad anónima o sociedad de responsabilidad limitada.
En cuanto al objeto limitado, se encuentra legalmente cercenada la posibilidad de establecimiento de empresas familiares de administración de bienes muebles o inmuebles, como viene siendo habitual, si el volumen de operaciones de esta naturaleza, supera el 50% de la actividad total de la empresa familiar.
Por tanto, esta forma societaria limita la posibilidad de creación de una sociedad llamada a la administración de bienes inmuebles, compraventa de acciones u otros objetos de inversión, por lo que si se tienen en cuenta estos objetivos deviene ineficiente.
Resulta necesario añadir que ese notable porcentaje de propiedad exigible al sujeto pasivo y su familia requiere alcanzar cotas iguales o superiores a un quinto de la totalidad de la empresa.
El mismo porcentaje se reduce a un 5% en el caso de que la empresa familiar sea propietaria de un grupo empresarial.
Ventajas fiscales de la empresa familiar
En cuanto a los incentivos que la definicion de empresa familiar otorga a las organizaciones así consideradas, destacan importantes ventajas fiscales, focalizándose principalmente en dos figuras fiscales, en Impuesto sobre el Patrimonio y el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
En el primer caso, estas empresas devendrán exentas, si bien es sabido que en ciertas comunidades autónomas se encuentra completamente bonificado. Por su lado, en ISD encontrará una bonificación que puede ascender hasta los 95 puntos porcentuales, siendo, como en el caso anterior, necesario puntualizar que hay ciertas CCAA españolas que ya a día de hoy cuentan con una bonificación casi total en este impuesto, como Madrid.
Listado de ejemplos de empresas familiares
Aunque las empresas familiares se centran en ámbitos tan dispares como la compraventa de negocios, la consultoría o el textil, podemos encontrar verdaderos gigantes empresariales que todavía cumplen con los requisitos necesarios para ser consideradas como tales.
Aquí podemos encontrar una lista con las mayores empresas familiares de España, de las cuales muchas no te llegabas a imaginar que lo fueran:
- Inditex
- Mercadona
- El Corte Inglés
- FCC
- Acciona
- OHL
- Prisa
- Gestamp
- Grupo Antolín
Herencia de una empresa familiar
Uno de los aspectos que caracterizan a las empresas familiares es la de la sucesión entre generaciones por jubilación o fallecimiento de la dirección. Conviene poner de manifiesto que es precisamente la herencia de la empresa familiar y la transmisión de los activos patrimoniales a los descendientes, una de las bases del derecho de propiedad. Cualquier emprendedor aspira a mejorar el porvenir de sus herederos o sucesores.
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Cosas que debes saber si heredas un negocio
La herencia de una empresa o negocio lleva consigo hacer frente a más cuestiones de las que podría pensarse a primera vista. Con la intención de facilitar la herencia de un negocio familiar, o de cualquier otro tipo, se analizan a continuación cosas que debes tener en cuenta.
Salvo que tu intención sea vender la empresa familiar, mantenerlo y hacerlo crecer exigirá trabajo e inversión. Pero, en un primer momento es adecuado enfocarse en:
Se debe tener en cuenta el interés de la empresa
Es posible que la empresa tenga un protocolo familiar o incluso un plan de sucesión, lo que facilitará las cosas. Pero, las estadísticas no son halagüeñas en este punto, por cuanto más del 80 % de las empresas familiares carecen de plan de sucesión, y algo menos de la mitad, ni tan siquiera tienen un protocolo familiar.
Puesto que tratamos ambos documentos posteriormente, veamos aquí el caso, más habitual. Es decir, cuando faltan dichos documentos.
Salvo en el supuesto de que exista un solo heredero testamentario o un solo llamado en la sucesión intestada, adquirir una cuota de una empresa familiar, puede entrañar disputas tanto a nivel de empresa como familiar.
Bien es sabido que cuando aparecen intereses económicos contrapuestos, como es el caso de las herencias, los pleitos pueden llegar a hacerse eternos. No digamos las disputas que no llegan a mayores, pero que en cualquier caso pueden dificultar la gestión del día a día de la empresa.
Por ello, resulta esencial que todos los herederos lleguen a acuerdos básicos sobre la gestión empresarial y la sucesión en los cargos directivos. Si el interés de la empresa no es lo que prima, el seno de esta se convertirá en un campo de batalla en el que cada uno vela por sus propios intereses exclusivamente, haciendo inviable la gestión. Con ello, todos pierden. Si no se puede gestionar adecuadamente la empresa, está disminuye su valor y desaparece. No en vano son pocas las empresas que continúan en la segunda (tan sólo una décima parte), y, más aún, en la tercera generación.
La gestión debe llevarse por los más capaces
Siguiendo con lo anterior, lo adecuado es que, velando por el interés de la empresa, las personas elegidas para gestionarla sean personas capaces, ya pertenezcan a la familia, ya se contraten externamente.
Prepararse para llevar el negocio
Lo ideal es que los herederos se preparen con antelación y cada uno sepa la función que va a desempeñar en la empresa. Pero, aunque no fuese así, el heredero o herederos deben prepararse, pues será complicado tomar decisiones cuando no se conoce el negocio.
¿Qué hacer si recibo un negocio en herencia?
Como cualquier sucesión, puede ser que el negocio sea atribuido a un solo heredero. Esto se posibilita por el Código civil, para maximizar las posibilidades de la supervivencia de la empresa. En otro caso, habrá de procederse a la partición hereditaria, atribuyéndose a cada uno de los herederos una parte del negocio familiar.
Por tanto, para recibir un negocio en herencia, será necesario aceptarla. Esa aceptación lleva consigo derechos y obligaciones. Siendo desde ese momento los herederos responsables de las deudas y cargas de la herencia, y, desde luego, de la gestión empresarial.
En caso de existir protocolo familiar y o plan de sucesión, lo lógico es que hayan sido firmados con antelación por los herederos. Ninguno de estos documentos se regula en la normativa sucesoria. Se trata de acuerdos voluntarios, que, como contratos, tienen fuerza de ley entre las partes.
El protocolo familiar tiene por objeto la regulación de la organización de la empresa y de las relaciones familiares. Mientras que, el plan de sucesión tiene por objeto regular la forma en que va a producirse la sustitución de las personas en los puestos clave para no perjudicar a la empresa.
Para concluir, señalar que en la herencia de una empresa familiar existe una reducción (95%) en el impuesto de sucesiones que alcanza a todos los bienes y derechos que estén afectos a la empresa. Si bien, su aplicación lleva consigo la obligación de mantener la empresa por un plazo mínimo de 10 años. De no ser así, habría de hacerse una liquidación complementaria y devolver la diferencia.
Consejos para la gestión de una empresa familiar
- Planificación a largo plazo: según el sector, esto será más o menos posible. Pero si no se puede hacer un cuadro a largo plazo sí al menos conviene tener uno a medio. Alternativas, posibles movimientos, retos. Aunque el sector se rija por cuatro pasos o apenas cambie, conviene estar organizado.
- Agilidad y flexibilidad: Tener unificado el control de la propiedad permitirá poder tomar decisiones rápidamente. La empresa a veces no se puede permitir conseguir la mayoría. De ahí la importancia de poder ejecutar con rapidez.
- Estabilidad: Los principios, filosofía y esttrategia deben estar alineados y definidos. No podemos competir sin una estabilidad de marca y dirección.
- Responsabilidad social: toda empresa debe orientar su actividad respetando la legislación y sumando en favor de la sociedad.
- Alta calidad: esto dependerá de cada empresa, estrategia y producto. Pero en ocasiones la empresa familiar tiene su mejor baza en la calidad de su producto, servicio o gestión de personas.
- Políticas de Recursos Humanos: esta puede ser una de las mejores ventajas que tiene la empresa familiar. Dominar la gestión y tener una responsabilidad social permite desarrollar un cuidado del personal más personalizado.
La empresa familiar tiene muchos retos por delante. La profesionalización, innovación y la sucesión son algunas de las claves que este tipo de pymes deben conseguir planificar y desarrollar.
¿Cómo vender una empresa familiar?
Muchas empresas españolas de gran importancia comenzaron como empresas familiares. Pensemos, por ejemplo, en Danone, fundada por Isaac Carasso en Mataró allá por el año 1919. Nada que ver con el gran grupo internacional que es a día de hoy.
Pero muchas de estas empresas tuvieron la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y costumbres si deseaban subsistir. Para ello, muchas han tenido que abrir su accionariado a agentes externos, ajenos a la familia, lo que las lleva finalmente a dejar de ser una empresa familiar.
¿Cuándo es el momento de vender la empresa familiar?
Uno de los grandes problemas con los que a menudo se topan las pymes familiares y que, pasa bastante desapercibido, es el hecho de que la empresa familiar se quede sin ningún heredero para continuar con la tradición.
Es en ese momento cuando el fundador o familiar que esté a cargo de la gerencia, deberá buscar un socio externo con el que fusionarse. O, directamente, un inversor al cual vender la empresa.
Si se decide finalmente por la venta de la empresa, se deberá hacer una primera valoración de la misma. Conocer el valor real del negocio. Generalmente, se deberá convencer al empresario de que la empresa no vale lo que él cree, sino lo que dicen los números. No valdrán apreciaciones subjetivas ni sentimentalismo alguno. Una empresa, sea familiar o no, en definitiva tendrá un valor numérico al cual deberemos atenernos. Lo importante de una pyme familiar es la caja que genera. Se deberá tener un informe donde queden detalladas las cifras referentes a clientes y proveedores, así como las previsiones reales de cara a un futuro.
Consejos a la hora de vender el negocio familiar
Una empresa familiar, por mucho que le urja la venta, no debe apresurarse. Te detallamos 4 consejos que se deben tener en cuanta antes de proceder a la venta:
- Precio relativamente bajo frente a una no venta. En ocasiones, los propietarios, ante la duda, prefieren inflar un poco el precio de su empresa y ganar más en el negocio. Sin embargo, deberán asumir que serán muchos los años que tendrán que esperar hasta que cierren un acuerdo.
- Ayuda de un abogado. Negociar un contrato de compraventa de empresa es muy complejo. Te recomendamos que contrates a un buen abogado que te asesore durante el proceso para evitar cualquier problema o engaño.
- Sé sincero. Toda empresa tiene puntos fuertes y débiles. Incluida la tuya. Cuenta todo lo que consideres necesario al posible comprador. Mejor que se entere por ti que por otro, pues provocaría la anulación de la compraventa por falta de confianza.
- Sé prudente. La venta de la empresa familiar no es algo real hasta que se formalice el contrato y recibas el pago. No tomes decisiones antes de tiempo, pues en el último momento cualquier imprevisto puede surgir.
En el caso de que la empresa familiar se encuentre en una situación delicada, la venta de la empresa debe enfocarse desde un punto de vista diferente. Para vender una empresa con deudas es necesario seguir una serie de consejos y recomendaciones que te permitan llegar a un acuerde beneficioso e