Introducción nuevo producto o NPI

Pau Sisternas

El proceso de introducción de nuevo producto (NPI por New Product Introduction, sus siglas en inglés) es el paso que une el mundo del diseño y la fabricación. Este punto del proceso llega tras algunas rondas de producción de prueba, que nos permiten optimizar el proceso de producción. Esta etapa finalizará con el primer prototipo funcional, que acabará derivando en el producto final reproducible. La introducción de un nuevo producto implica una inversión importante, tanto de tiempo como de otros recursos, lo que exige una gran planificación.

¿Qué es la introducción de nuevos productos?

Cómo hacer la introducción de un producto nuevo

El primer paso para la introducción de un nuevo producto será el paso del concepto a la realidad. Los desarrolladores deben decidir el propósito del nuevo producto, lo que implica la modificación y el refinamiento.

En este proceso participan activamente los ingenieros del producto, los equipos de marketing, ventas y negocios para definir con mayor precisión las especificaciones que debe tener el producto para cumplir las expectativas y necesidades del cliente. Los diseñadores deben presentar conceptos hasta localizar la mejor ruta de diseño teniendo en cuenta las dimensiones de un producto.

A lo largo de la introducción de un nuevo producto, la primera idea experimentará diferentes cambios o mejoras. Es prácticamente imposible que nos quedemos con la idea inicial, habrá que añadir estas mejoras hasta que podamos diseñar el prototipo inicial. Una vez tenemos un ejemplo concreto de la idea, será más fácil perfeccionar el concepto. Incluso con el prototipo inicial en la mano, se continuarán puliendo aristas y añadiendo nuevas mejoras hasta acercarnos al producto o concepto final.




Ya tenemos el diseño final, ahora toca trabajar la reproducibilidad consistente. En este punto, los responsables de producción del proyecto deben analizar cuál es la mejor forma de reproducir el producto de forma masiva. Por una parte, en el desarrollo de nuevos productos habrá que identificar las fuentes de las piezas que se van a necesitar.

Por otra parte, tendremos que desarrollar las estrategias de lanzamiento y de compra adecuadas para tener el stock necesario del producto en función de los objetivos de producción. Tampoco hay que pasar por alto la necesidad de testar el producto para asegurarnos de que funciona adecuadamente con encuestas de mercado orientadas al producto u otras herramientas que ayudan en este cometido.

A partir de aquí, se produce una sucesión de pasos donde cada nueva etapa es fruto de la anterior. Los analistas de negocio no pueden dejar de medir las necesidades del cliente, anticipándose al modo en que los satisfará el nuevo producto. El equipo de marketing debe promocionar este valor, mientras que la oficina comercial debe buscar la oportunidad de monetización. Todo ello a la vez que confirmamos los esquemas finales, adquirimos los recursos necesarios para la producción y definimos su montaje y los periodos de prueba.

Durante la introducción del nuevo producto, podemos apostar por en análisis pre-mortem y post-mortem. La planificación pre-mortem nos permite detectar hipotéticos problemas que puedan surgir en relación a calidad, riesgo, etc. El hecho de anticiparnos a lo inesperado reducirá el impacto potencial que pueda tener. Para ello, podemos recurrir a la experiencia de proyectos o productos anteriores, o seguir una estrategia de costes basados en los objetivos. Llegados a este punto, el NPI será una realidad y tendremos el producto en el mercado.

Ahora toca hacer el análisis post-mortem, el último paso en el proceso de introducción de un nuevo producto. En él se detectan las mejoras para el futuro, y tendremos en cuenta las hipótesis que se habían establecido en la planificación pre-mortem. ¿Se han confirmado? ¿Han aparecido situaciones nuevas o inesperadas? ¿Qué impacto han tenido nuestras decisiones en el coste? ¿Qué conclusiones podemos sacar? Este análisis también nos ayudará a localizar los cuellos de botella del proceso, o la posibilidad de automatizar algún paso para una mayor eficiencia.

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