En toda relación laboral encontramos dos partes: el trabajador y el empresario. Cada una de las ellas poseen una serie de derechos y obligaciones.
La empresa, por su parte, al igual que tiene unas obligaciones para con sus trabajadores, estos tienen la misma obligación de cara a la empresa. No obstante, si un trabajador comete faltas, la empresa tiene potestad disciplinaria para imponerle las sanciones disciplinarias que considere oportunas para el caso concreto.
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¿Qué son las faltas y sanciones disciplinarias?
Las sanciones disciplinarias son una facultad inherente a la figura del empleador, cuya finalidad principal es la de corregir al empleado cuando comete alguna falta, ya sea leve, grave o muy grave.
Todo trabajador tiene que cumplir determinadas obligaciones mientras ocupa su puesto de trabajo. De lo contrario, la empresa tiene plena capacidad para imponer una sanción disciplinaria. El empresario debe controlar, vigilar y velar por el buen funcionamiento del negocio, de modo que si un trabajador incumpliera alguna norma, el empresario está en todo su derecho de proceder a la sanción.
Las sanciones disciplinarias vienen recogidas en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores y consisten en:
- Despido disciplinario, siendo la sanción más grave.
- Suspensión del contrato de trabajo, quedándose el trabajador sin sueldo. El trabajador se va a casa sin cobrar. El número de días dependerá de la gravedad de la sanción cometida. Esto es lo que se conoce como suspensión de empleo y sueldo, aunque también puede producirse por otras razones.
Tipos de faltas disciplinarias a los trabajadores
El trabajador no puede ser castigado por cualquier hecho, sino que hay una serie de faltas tasadas por las que el empresario podrá sancionarle.
En función de la gravedad de las faltas, éstas se pueden clasificar del siguiente modo:
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- Faltas leves. Serían ejemplos de faltas leves: la impuntualidad o falta de asistencia injustificadas, actitudes o palabras desconsideradas contra otras personas de la empresa. Se trata de conductas contrarias a la convivencia en el día a día de la empresa, pudiendo causar un perjuicio leve en la empresa e, incluso, entre compañeros, afectando al clima laboral.Ante la comisión de una falta leve, la sanción suele consistir en una amonestación laboral y en suspensión del empleo y sueldo de hasta 2 días.
- Faltas graves. Pueden conllevar suspensión del empleo y el sueldo de hasta 20 días. Un ejemplo de falta grave sería, por ejemplo, faltar 2 días enteros al trabajo en el plazo de 1 mes.
- Faltas muy graves. Podrá inhabilitarse al empleado para el ascenso a un mejor puesto, así como la suspensión del empleo y el sueldo de hasta 6 meses, trasladarlo a otro centro de trabajo e, incluso, despedirle.
No obstante, es importante destacar que, por muy grave que sea la falta, el empresario nunca podrá:
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- Imponer el pago de una multa económica.
- Reducir la jornada de descanso.
- Reducir las vacaciones.
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Asimismo, siguiendo el principio penalista de “non bis in ídem”, el trabajador no podrá ser sancionado dos veces por la misma falta, pues se atentaría contra su persona
Aún así, el trabajador puede no estar conforme con dicha sanción, teniendo todo el derecho a impugnarla dentro de los 20 días desde que recibiera la comunicación escrita de la sanción.
Prescripción de las sanciones disciplinarias
Que el empresario tenga derecho a sancionar, no quiere decir que pueda hacerlo siempre que a él le plazca. Si se sanciona, debe hacerse de manera justificada.
En función de la gravedad de la sanción, la prescripción varía:
- Faltas leves: 10 días.
- Faltas graves: 20 días.
- Faltas muy graves: 60 días.
Estos plazos empiezan a contar desde el momento que la empresa tiene conocimiento de la comisión de la falta por parte del trabajador.
Carta de amonestación laboral
La carta de amonestación laboral es un escrito que, por regla general, se usa cuando un trabajador está a punto de ser despedido. Se trata de un aviso, una advertencia que invita al empleado a que actúe de manera adecuada y cambie determinados aspectos que a la empresa no gustan.
En nuestra web te explicamos cómo puedes hacer una carta de amonestación laboral. Sin embargo, si necesitas un modelo, aquí puedes encontrar un ejemplo de carta de amonestación laboral con la que informar de las sanciones a tus trabajadores.
Modelo de carta de amonestación laboral
Ejemplos de faltas en el trabajo
A continuación, vamos a enumerar diversos ejemplos de faltas en el trabajo de diferentes grados de gravedad:
- Incumplir el horario de trabajo llegando tarde puede considerarse una falta de trabajo desde leve, grave o muy grave, dependiendo de la asiduidad y los minutos de retraso.
- Leve: si el trabajador/a llega tarde un máximo de 3 veces en un mes, sin superar los 20 minutos de retraso.
- Grave: cuando el retraso alcanza los 60 minutos.
- Muy grave: cuando el trabajador llega hasta 10 veces tarde en 6 meses.
- Ausencias sin justificar, las llamadas faltas de asistencia. Este ausentismo laboral puede llegar a dar pie a sanciones y despidos.
- Leve: si ocurre 1 vez al mes.
- Grave: si ocurre entre 2 y 4 veces por mes.
- Muy grave: si ocurre más de 5 veces en un mes.
- Embriaguez en el trabajo: se refiere a mostrar signos evidentes de embriaguez o drogodependencia durante el horario laboral. Si se trata de una embriaguez esporádica, solo se podrá realizar el despido si esta ebriedad causa algún tipo de riesgo laboral.
- Fingir una enfermedad o un accidente para faltar al trabajo está considerado como una falta grave en el trabajo.
- Presentismo laboral: cuando los trabajadores acuden a la oficina, pero no ejecutan sus tareas y funciones, está considerado como falta.
- Abuso de autoridad y acoso sexual están consideradas como las faltas más graves que se pueden cometer en el trabajo.
- Robar a la empresa: se considera falta grave y tiene diferentes grados:
- Muy grave: robo de bienes de compañeros o de la empresa.
- Grave: robo y venta de secretos empresariales.
- Muy grave: robo de clientes creando competencia desleal.