Cuando uno se lanza a emprender, el apoyo de su pareja es fundamental. Pero, ¿qué pasa cuando tu socio es tu pareja? Generalmente, cuando una pareja decide emprender un negocio juntos es porque su relación es fuerte, madura, y puede crecer más. Claro que también tiene sus riesgos, como la extrapolación de los problemas domésticos al negocio o viceversa. Si no lo hacéis bien, o incluso si la suerte no acompaña, lo que parecía una excelente idea puede convertirse en una pesadilla para la pareja y acabar teniendo graves consecuencias.
Iniciar un negocio con tu pareja ¿sí o no?
Gran parte del éxito del emprendimiento en pareja depende del tipo de relación que tengáis. Si de verdad queréis triunfar, necesitáis una relación sólida, basada en la confianza mutua y en una buena comunicación. Cuando hay problemas de confianza o la comunicación no es la mejore, tenéis todos los números para que el negocio fracase.
Creer y confiar en tu pareja es fundamental, en la vida y en los negocios. Emprender juntos os ayudará a reforzar esa confianza, a crear nuevos lazos; y cuando os apoyáis mutuamente la relación sufre menos desgaste.
Antes de dar el paso de crear una empresa, también tenéis que valorar los contras de emprender en pareja. Sin lugar a dudas, el más evidente es la delgada línea que separará la vida personal de la profesional.
Como hemos dicho, es fácil que los problemas familiares afecten a vuestro negocio y viceversa, así que será fundamental poner límites. Pasaréis más tiempo juntos, lo que puede ser un pro para reforzar la relación pero también generar hartazgo; y nos enfrentamos a una falta de diversificación de ingresos. Si la cosa va mal, la economía familiar se puede resentir.
Claves para emprender con tu pareja
Analizar los pros y contras de la decisión será clave para el éxito o fracaso de vuestro negocio conjunto. Si os decidís por emprender en pareja en lugar de emprender solo, os presentamos en Emprendepyme una serie de consejos que os ayudarán a crecer profesionalmente sin olvidar el lado personal de la relación:
- Definir los límites entre relación y negocio: decíamos que la línea que los separa es muy fina, pero deberíais fijar límites en aspectos como horarios de trabajo o división de tareas domésticas y todo lo que conlleva organizar la empresa. Esto hará que la convivencia sea más sana. Acabada la jornada profesional, comienza la vida en pareja.
- Definir responsabilidades: al emprender con tu pareja conviene insistir en la importancia de dejar claro qué función, qué tareas y qué responsabilidades puede asumir cada uno según su preparación. No podéis abarcarlo todo, es algo que debe quedar claro para que los engranajes del negocio no se resientan.
- Los problemas del negocio se quedan en el negocio: si no queréis que la relación se resienta, hay que respetar esos límites. Intentad que los problemas del negocio no lleguen a casa, al final pueden acabar afectando incluso a vuestros hijos.
- Contrata a tu pareja: si os hacéis autónomos, lo ideal es que uno se active como trabajador por cuenta propia y contrate a la pareja. Para ello existe la figura del autónomo colaborador, cuya actividad está adherida a la del principal y no está obligado a realizar los trámites fiscales.
- Separación de bienes: aunque es lo último que queremos, deberíamos plantearnos qué pasaría si algo sale mal. Cuando convivimos en gananciales, estamos arriesgando nuestros bienes y los de nuestra pareja. En cierto modo, la separación de bienes nos ayuda a minimizar riesgos.
- Apoyo, sí; crítica, no: si crees que tu pareja se equivoca, evita criticarla constantemente. Para emprender en pareja, es mejor apostar por la orientación mutua o la crítica constructiva que por una crítica destructiva. El lenguaje positivo os ayudará a crecer empresarialmente, y no afectará al desarrollo de vuestro negocio.