El teletrabajo, o lo que es lo mismo, trabajar desde casa puede ser un lujo… o una pesadilla. Por una parte, te ahorras los atascos en hora punta o las aglomeraciones en autobús y metro, eliges tu horario de trabajo y no necesitas ponerte el traje cada día.
Pero, por otra parte, nos encontramos con que podemos distraernos fácilmente, no hay un ambiente de trabajo como el de la oficina, estamos solos y en ocasiones eso puede ser un poco desmotivador. Si trabajas desde casa debes ser capaz de motivarte, o ponerte cada día frente al ordenador será una montaña cada vez más alta.

1. Establece una rutina de trabajo diaria
Puede parecer que trabajar desde casa y seguir un horario laboral son dos cosas incompatibles, pero nada más lejos de la realidad. Establecer una rutina y unos horarios de trabajo es clave para evitar caer en la desmotivación y la procastinación.
Dentro de esta rutina también cabe la prioridad de las tareas. Mucha gente recomienda empezar por las tareas más complejas o pesadas, las que menos nos gustan, y dejar para el final aquellas más fáciles o agradables. De este modo, nos motivamos para culminar antes las que no nos gustan y pasar lo más rápido posible a aquello con lo que de verdad disfrutamos. Una técnica bastante común es colocar un objeto en el escritorio, como una rana, y no quitarla hasta acabar con esas tareas pesadas. “Comernos la rana” es sinónimo de que lo peor del día ya ha pasado.
Truco: Aunque no fiches, empezar a trabajar cada día a la misma hora, parar siempre el mismo rato para almorzar, comer o merendar o marcar una hora para finalizar tu jornada laboral te ayudarán a crear ese ambiente de oficina que evite la desmotivación y controlar mejor el tiempo.
2. Busca un espacio independiente
Un error muy habitual es trabajar en la misma habitación donde dormimos. Hay incluso quien trabaja desde la cama, algo que puede resultar muy peligroso ya que estamos uniendo nuestras vidas personal y profesional.
Intenta trabajar en una habitación distinta, donde tampoco pases tiempo de ocio, por ejemplo en una estancia habilitada como despacho.
Truco: Asegúrate de que tienes luz natural, y evita distracciones como la tele o las tareas domésticas. No pongas la lavadora o cocines mientras trabajas.
3. Cuida la higiene
El hecho de trabajar desde casa invita a hacerlo en pijama, en especial los fríos días de invierno en los que apetece quedarse en casa tapados con una manta. Error. No esperamos que trabajes en traje desde casa, pero sí que lo hagas en unas condiciones mínimas de higiene y aseo personal que te ayudarán a concentrarte y potenciar tu motivación laboral estés donde estés.
Consejo: Trabajar en pijama es una forma más de no separar los espacios personal y profesional, y la falta de higiene puede hacer que caigas en la desidia y la pérdida de motivación.
4. Evita el sedentarismo
Uno de los grandes hándicaps de trabajar desde casa es el sedentarismo, que no deja de ser un gran problema en nuestra sociedad. Evitamos los desplazamientos al puesto de trabajo, y pasaremos un montón de horas sentados frente al ordenador. Por eso, tan importante como crear una rutina de trabajo es buscar actividades fuera de casa que nos ayuden a romper con esa rutina y el sedentarismo y que además nos permitan aumentar el contacto social con nuestro entorno.
Disfrutar de unos minutos de relajación o meditación cada noche antes de acostarte te ayudará a dejar al margen el estrés laboral y descansar mejor, lo que te ayudará a despertarte más motivado. Hay que evitar encerrarse en casa todo el día, ya que entonces corremos el riesgo de que la desmotivación sea todavía mayor.
Consejo: Hacer deporte es una buena respuesta al sedentarismo y la falta de contacto, que además te ayudará a despejar la mente durante un buen rato.