¿Eres feliz en tu trabajo? O mejor aún, ¿tus trabajadores son felices? Si la respuesta es no, quizá lo que necesite tu empresa es un Chief Happiness Officer o CHO, un director de felicidad. Por suerte, cada vez son más las empresas que se dan cuenta de la importancia de tener a una plantilla feliz, un equipo de trabajadores mucho más motivados y productivos que una plantilla triste, donde trabajan a disgusto; y poco a poco la figura del CHO se va implantando en todo tipo de empresas en busca de la felicidad.
¿Por qué necesita un CHO mi empresa?
Básicamente, incorporaremos la figura del CHO para mejorar los índices de felicidad en la empresa, lo que implicará interesantes beneficios para la compañía. Hay que tener en cuenta que a la hora de la verdad el trabajador es la cara visible de nuestra empresa de cara a los clientes, así que presentar unos trabajadores felices nos ayudará a reforzar la imagen de la empresa de cara al exterior, y la comunicación con los clientes será mucho más fluida y positiva que si presentamos a un empleado triste, sin ganas ni motivación para trabajar.

Cuando los trabajadores están felices, la empresa es más productiva y se reducen las ausencias no justificadas o las bajas laborales, una razón más para incorporar a un CHO. Al ser felices, nuestros empleados estarán menos estresados, pudiendo cumplir con sus tareas y siendo más creativos e innovadores. La felicidad es un valor que puede resultar muy atractivo a la hora de atraer talento, convirtiéndose en una herramienta más para tratar de convencer a los trabajadores más talentosos del sector para que se sumen a nuestra empresa.
Funciones del CHO
Está claro que fomentar la felicidad en la empresa es la principal responsabilidad del CHO, pero para cumplir con esta misión debe asumir una serie de pequeñas funciones, empezando por hacer que los trabajadores se sientan valorados. Cuestiones tan simples como valorar positivamente el desempeño diario de los empleados o tratarlos como personas, y no como meros trabajadores, hará que estos se sientan más a gusto en su puesto de trabajo y vean el reconocimiento de su labor diaria.
Deben escuchar a los empleados para saber qué necesitan y cómo serán más felices en la empresa, ofreciendo ayudas a la conciliación con facilidades para compaginar la vida personal y profesional, horarios y vacaciones flexibles… En este sentido, es importante que ofrezcan a los empleados cierta libertad para confeccionar sus horarios y organizarse, para adaptar el trabajo a su vida, y no su vida personal al trabajo. Es una forma más de mejorar la productividad. Sobra decir que el CHO defenderá un buen sueldo y condiciones laborales de la plantilla.
El fomento del trabajo de equipo es otra de las responsabilidades de este profesional. Cuando los equipos de trabajo funcionan como un mecanismo perfectamente engrasado, es sinónimo de que la empresa marcha por el buen camino, tanto en el ámbito productivo como en la felicidad. Por eso, el CHO es el responsable de organizar actividades de team building con las que estrechar lazos entre los compañeros a la vez que se respalda el trabajo en equipo.
Por último, el CHO debe empoderar a los trabajadores. A medida el empleado tiene más poder en la marcha de la empresa, aumenta la energía que invierten en su trabajo y su nivel de satisfacción con ese trabajo. Para que esto sea posible, el CHO debe cumplir con una serie de características, desde ser un buen trabajador en equipo, con capacidad de atención y negociación, a tener una mentalidad abierta, ser un buen comunicador con excelentes habilidades interpersonales, innovador, creativo, entusiasta y un gran estratega.